Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos

Cantón inicia su reapertura tras una nueva noche de protestas

CHINA. Urbe de 15 millones de habitantes se rebeló contra confinamiento anticovid. Partido Comunista chino advirtió que habrá medidas "enérgicas" contra los hostiles.
E-mail Compartir

Agencias

La ciudad de Cantón, en el sur de China, anunció ayer la reapertura de varios de sus distritos que permanecían confinados en medio del descontento por los encierros y que la noche anterior provocaron enfrentamientos de residentes con la policía.

Según anunció la autoridad sanitaria local en un comunicado, los distritos de Panyu, Liwan, Tianhe, Conghua y Huadu levantaron las restricciones antipandémicas, mientras que el de Haizhu, el más golpeado por el virus, permitirá, "en principio", que algunos de los contactos cercanos de contagiados se confinen hoy en casa en lugar de centros comunitarios habilitados para ello.

Varias personas en Cantón se enfrentaron la noche del martes con policías antidisturbios, según videos difundidos en las redes sociales, en un momento de protestas y descontento entre la población del país asiático contra la política de cero covid.

Según uno de los videos difundidos en Twitter -prohibida en el gigante asiático-, se ve a decenas de policías avanzando en formación sobre barricadas que los manifestantes habían derribado.

En otro registro se puede apreciar cómo quienes protestas lanzan botellas de vidrio hacia los efectivos y, en otro, cómo caen cilindros de gas lacrimógeno en un callejón mientras la gente trata de escapar.

En un tercero, se ve a la policía llevándose a una serie de personas a otro lugar.

Aunque no queda claro qué provocó los enfrentamientos, testimonios compartidos en las redes apuntan a que todo empezó con una disputa sobre las restricciones impuestas en la ciudad, hogar de 15 millones de personas y particularmente afectada por la oleada de rebrotes en China, que está dejando cifras récord de contagios.

Numerosos cierres

Las miles de nuevas infecciones diarias en Cantón han desembocado en los últimos meses en cierres de numerosos distritos, contra los que se han rebelado algunos residentes.

Muchas de las personas confinadas son emigrantes de zonas rurales que han tenido que buscarse refugios imprevistos.

El descontento generalizado por todo el país terminó por provocar el pasado fin de semana protestas en otras ciudades como Pekín y Shanghái, en las que los manifestantes mostraron su rechazo a las restricciones y enseñaron hojas de papel en blanco que representaban su oposición a la censura.

Sin referirse explícitamente a las protestas, el máximo órgano del gobernante Partido Comunista a cargo de las fuerzas del orden señaló en un comunicado que tomará "medidas enérgicas" contra "actividades de infiltración y sabotaje" provenientes de "fuerzas hostiles".

Entretanto, las cifras de nuevos contagios de covid se redujeron ayer tras cinco días de aumentos consecutivos con 37.828 casos detectados en la víspera, de los que 33.540 (un 88,6%) son asintomáticos según los estándares de la institución.

Si bien las cifras de infecciones y muertes (oficialmente, 5.233) son bajas en comparación con otros países, la implacable política de cero covid ha generado frustración por sus fuertes medidas, como el aislamiento de contagiados, estrictos controles fronterizos, campañas masivas de pruebas PCR y confinamientos generalizados.

La estrategia, que se mantiene vigente desde 2020 a pesar de los síntomas de agotamiento, ha provocado también una desaceleración del crecimiento económico, interrumpido cadenas de suministro y agitado los mercados financieros.

Por su parte, el Gobierno defiende que ha salvado millones de vidas y que, de renunciar a ella, el país sufriría un colapso hospitalario y un aumento repentino de fallecimientos, especialmente entre la población mayor, uno de los grupos más vulnerables, pero los más reticentes a inocularse.

Muere Jiang Zemin, figura clave del boom económico de la China posTiananmen

SHANGHÁI. Padecía una leucemia que solo ayer fue comunicada.
E-mail Compartir

El expresidente chino Jiang Zemin, que ocupó el puesto entre 1993 y 2003, falleció ayer a los 96 años de edad, informó la prensa oficial.

El exmandatario falleció en la ciudad de Shanghái por leucemia -padecimiento que no había sido anteriormente anunciado por la prensa ni las instituciones- y falla multiorgánica.

El político, nacido en la localidad de Yangzhou en 1926, fue nombrado presidente en 1993 y su última aparición pública fue el 1 de octubre de 2019, en el septuagésimo aniversario de la proclamación de la República Nacional China.

El mandato de Jiang estuvo marcado por la continuidad de la apertura económica iniciada por su predecesor y mentor, Deng Xiaoping, y por hitos como la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001 o haber conseguido los Juegos Olímpicos de 2008 para Pekín.

Figura clave en la China posTiananmen, dejó también manchas en su historial, como el auge de las desigualdades y la corrupción, los presuntos abusos en el Tíbet o su polémica batalla contra la secta Falun Gong.

Pragmático y moderado como pocos,, acabó siendo más popular fuera que dentro de su país, gracias, entre otras cosas, a que fue uno de los pocos líderes comunistas que hablaba inglés con fluidez en años en los que China buscaba irrumpir con fuerza en el mundo, todavía de forma generalmente amable.

A su popularidad le ayudó cierto aire caricaturesco, como un curioso impulso por cantar y bailar en actos oficiales, a veces delante de jefes de Estado y Gobierno, como en sus recordados valses con las estadounidenses Laura Bush y Condoleezza Rice.

Jiang se formó como ingeniero eléctrico y llegó a trabajar en la Fábrica de Automóviles Stalin de Moscú en los 50.

Shanghái no sólo fue su alma máter, sino también el bastión desde el que ascendería al poder, primero como alcalde y después como secretario general del PCCh en la ciudad, cargo que atesoraba cuando en 1989 estalló el movimiento de protesta de Tiananmen.

Mientras en Pekín miles de personas fueron reprimidas sangrientamente por el Ejército, en la urbe oriental las protestas fueron escasas y se apagaron sin sacar tanques a la calle. Esto ayudó a que Jiang, hasta entonces casi un desconocido, fuera designado por secretario general del PCCh a finales de junio de 1989 y presidente en 1993.

Informe alerta declive democrático global y avance del autoritarismo

IDEA. Alta polarización es uno de los factores que influyen, así como la desigualdad.
E-mail Compartir

La mitad de las democracias liberales del mundo está en declive, mientras los regímenes autoritarios extienden su influencia, según el informe anual del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) difundido ayer.

Problemas como las restricciones a la libertad de expresión, la desconfianza en la legitimidad de las elecciones, el desencanto con los partidos, la corrupción y el auge de fuerzas de extrema derecha han hecho que el número de países en retroceso democrático se sitúe en su punto más alto en los últimos años y que el proceso afecte incluso a las democracias más consolidadas.

"Creo que este deterioro viene desde hace tiempo, algunos de los factores son muy estructurales, tienen que ver con la instalación de niveles muy altos de polarización en prácticamente todos los sistemas democráticos del mundo, con el empeoramiento de los niveles de desigualdad que hacen que las sociedades se vayan disgregando", explica a Efe el secretario general de IDEA, Kevin Casas-Zamora.

Casas-Zamora, que habla de retos "severos" a la democracia a nivel global, alude también a "la percepción cada vez mayor, la brecha creciente entre las expectativas sociales de bienestar y las capacidades de las instituciones democráticas para satisfacerlas, particularmente en tiempos de crisis", así como a la corrupción.

A los factores estructurales se suman otros de tipo coyuntural, como el impacto político de la pandemia de coronavirus, la crisis económica y la guerra de Rusia contra Ucrania.

Son el doble

El "Informe global sobre el estado de la democracia" -que mide aspectos como el sistema político, los procesos electorales, control sobre el ejecutivo, independencia judicial o medios de comunicación- resalta que el número de países moviéndose hacia el autoritarismo duplica al de los que van en sentido contrario.

Más de dos tercios de la población mundial vive ahora en democracias en retroceso o en regímenes autoritarios o híbridos y Casas-Zamora explica ese fenómeno por la pérdida de capacidad de las potencias para llevar el "mensaje democrático" a otras partes y menciona "errores monumentales", como la guerra de Irak, la crisis financiera o la experiencia "terrible" del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, así como la competencia de otros modelos como el chino.

Mientras Europa afronta un proceso de estancamiento democrático, en Asia-Pacífico se vive un claro retroceso y una "solidificación" del autoritarismo y África se mantiene "resistente" a la inestabilidad, con mejoras en países como Gambia, Níger y Zambia.

Frente a la agudización de la "represión" en países como Nicaragua, Haití o Venezuela y el proceso "autocrático" de El Salvador, el informe resalta algunos aspectos positivos en forma de procesos electorales y alternancia en el poder, como Colombia u Honduras.

Auge del activismo

La decadencia de las democracias liberales es un fenómeno en fase inicial y los próximos años se presentan "muy complicados" a escala global, sostiene Casas-Zamora.

"La resaca política de la crisis de la covid y de la guerra están apenas empezando, no hemos aprendido a lidiar de manera competente con las amenazas que acechan como la desinformación o la polarización", asegura.

El informe recomienda impulsar contratos sociales "más equitativos y sostenibles", reformar las instituciones políticas existentes y reforzar las defensas contra el retroceso democrático y el autoritarismo.

Pese a la tendencia negativa generalizada, Casas-Zamora apunta a dos "reservas positivas": el vigor del activismo cívico y la robustez del componente electoral de la democracia, que quedó de manifiesto en la celebración con éxito de elecciones en condiciones extremas durante la pandemia.