De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (Unesco), la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) entrega a la comunidad estudiantil los conocimientos, competencias y valores necesarios para hacer frente a la crisis medioambiental del planeta y problemáticas tales como el calentamiento global, cambio climático, pérdida de biodiversidad, desigualdad y uso desmedido de los recursos naturales, todos problemas que afectan con alerta y dramatismo a nuestra Tierra, donde si bien existe conciencia mundial al respecto, las medidas y soluciones concretas todavía están en deuda.

Por ello, es necesario implementar la Educación para el Desarrollo Sostenible desde las edades tempranas, ya que la educación tiene un gran alcance e impacto que perdura en el tiempo, permitiendo a las nuevas generaciones llevar a cabo cambios de hábitos y comportamiento para enfrentar estos desafíos globales.

Según Romina Reyes, directora de Sostenibilidad de la Universidad Andrés Bello, resulta importante destacar la necesidad de una mirada sistémica e interdisciplinaria de la educación a nivel de la institucionalidad, gestión, contenidos curriculares, y también la interacción en las salas de clases. "Asimismo, es fundamental abordar el desarrollo sostenible en su conjunto, incorporando no sólo los aspectos ambientales, sino también económicos y sociales", plantea la especialista.

Por lo tanto, existe el desafío de implementar una Educación para el Desarrollo Sostenible que lidere la transformación de los niños, niñas y jóvenes, así como también de la sociedad en su conjunto, fomentando las capacidades de reflexión, argumentativas y de toma de decisiones, a fin de lograr cambios de comportamiento que se tornan esenciales para avanzar hacia un desarrollo sostenible.

Si bien las nuevas generaciones tienen una nueva mirada respecto del cuidado del medio ambiente, con énfasis en la protección y respeto del entorno, es importante insistir en el fortalecimiento de estos cambios.

La política de reactivación integral del Ministerio de Educación busca, a través de cinco ejes, responder a las diferentes necesidades de las comunidades educativas que aparecieron luego de la pandemia y dos años de actividades a distancia.

Las grandes consecuencias del distanciamiento social, evidenciados principalmente a nivel de convivencia escolar y salud mental, han sido particularmente sensibles a la educación técnico profesional (TP). Esto, porque para una formación que necesita imperiosamente del contacto para la transferencia de conocimientos; la imposibilidad de acceder a espacios de práctica dificultó mucho la posibilidad de desarrollo de habilidades técnicas y -aún más importante- de habilidades interpersonales.

Por eso, desde ONG Canales estamos convencidos que la reparación a este daño acumulado viene, en primer lugar, poniendo foco en el fortalecimiento de esas habilidades: socioemocionales, comunicacionales, la empatía y la colaboración. Porque sabemos que la educación técnica es fundamental para el desarrollo del país y sus regiones. Por tanto, es menester revisar las necesidades de las propias comunidades locales y allí poner énfasis en la pertinencia.

Dichas necesidades no son meramente productivas. Además de buenos especialistas, el desarrollo no puede ser sin considerar el bienestar de las personas. ¿Qué consideramos bienestar después de las inmensas dificultades que se han presentado estos últimos dos años? Cambia la brújula y, por tanto, debemos cambiar también la manera de hacer las cosas.

Un nuevo modelo de desarrollo implica cambios de paradigma en todo orden. Esto afecta a lo educativo, lo laboral, lo social y también lo económico; y, en ese sentido, la educación técnico profesional se ve inmensamente afectada porque es en su esencia un espacio intersectorial cruzado por todas estas variables.

Entendemos que para abordarlo se necesita una coordinación sistémica y como ONG que lleva 10 años vinculando a la educación media técnico profesional con su entorno, nos ponemos a disposición para seguir aportando a este objetivo, escuchando a los diferentes actores que hoy más que nunca deben ser considerados en el debate sobre cómo debe ser la educación técnica que el país necesita. Respondemos al llamado del Gobierno: Seamos comunidad.

Claudia Paredes, directora

ejecutiva de ONG Canales

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