Para contrarrestar las dificultades de tránsito que se expresan en congestión vehicular y aumentar la conectividad en el sur de Chile, alcaldes de ocho comunas de las regiones de Los Ríos y Los Lagos resolvieron crear el Comité Retorno del Tren al Sur, que retome los servicios ferroviarios para pasajeros entre Temuco y Puerto Montt.

El acuerdo firmado en Antilhue, comuna de Los Lagos (Región de Los Ríos), contó con la presencia de jefes comunales y representantes de Puerto Montt, Osorno, Río Negro, Los Lagos, Valdivia, Paillaco, Máfil y San José de la Mariquina, quienes acordaron desplegar esfuerzos para generar acciones que impulsen el retorno del tren a estas regiones, que suman una población de poco más de unas 2 millones de personas y que agregarían unos 353 kilómetros de trazado.

Suscribieron el acuerdo los gobernadores regionales de Los Ríos y Los Lagos, Luis Cuvertino y Patricio Vallespín, además de la delegada presidencial de Los Ríos, Paola Peña.

El objetivo será retomar el impulso para concretar este medio de transporte que genere una alternativa a la conectividad intercomunal, provincial y regional, así como el fomento productivo y turismo, para el desarrollo de esos territorios.

"Queremos sumarnos a este esfuerzo, formando un equipo que busca responder a las expectativas de una ciudad como la nuestra que vio desaparecer el tren de pasajeros en 1992. Ahora hemos sido acogidos y se nos ha agradecido participar de esta iniciativa, que se enmarca en una serie de proyectos complementarios a este servicio que impulsa nuestro municipio: buses de acercamiento y teleféricos entre terrazas", dijo el administrador municipal de Puerto Montt, Ricardo Trincado.

Puerto Montt ha desarrollado una agenda de trabajo con el Ministerio de Transportes para analizar la viabilidad de un tren de cercanías entre Puerto Montt y Alerce.

LA Reunión TUVO LUGAR EN aNtilhue, COMUNA DE LOS LAGOS.

Viajaron más de 14 mil kilómetros, atravesaron desierto, mar y cordillera, para concretar uno de los sueños: conocer en terreno y en un trabajo práctico cómo se trabaja en Chile con las macroalgas, conociendo la experiencia del Centro i-mar de la Universidad de Los Lagos (ULAgos) que a través del profesor Alejandro Buschmann, ha sabido dar la vuelta al mundo con esa labor.

Se trató de un equipo proveniente de Arabia Saudita, conformado por jóvenes profesionales que desde hace años planificaban este viaje, que no estuvo exento de dificultades, especialmente administrativas debido a la pandemia y por diferencias de tipo cultural.

Según el profesor chileno que lideró este viaje, el biólogo marino Gabriel Castro (radicado en Arabia Saudita), para llegar a Chile debieron mantener a lo largo del periplo las estrictas costumbres religiosas de sus familias. Por eso que los jóvenes llegaron acompañados de dos guardias religiosos, condición básica para autorizar el viaje.

En la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá y en el respectivo Ministerio de Agricultura, estaban decididos a que -por su importancia- esta excursión debía concretarse.

El profesor del centro i-mar Alejandro Buschmann, explicó que todo se materializó luego de que su par en Arabia lo contactara para generar esta alianza. Incluso el profesor Castro visitó en diciembre pasado la Universidad de Los Lagos para afinar los detalles.

Más adelante será el profesor Buschmann quien deba viajar a conocer cómo han aplicado los conocimientos aprendidos en Arabia.

Fueron 3 semanas de capacitación, talleres, visitas a centros de cultivo, lo que permitió llevar a cabo este intercambio tecnológico sobre las macroalgas, entendiendo que en Arabia Saudita cuentan con el mar rojo como fuente de alimento para el futuro.

EL GRUPO DE VIAJEROS DE ARABIA SAUDITA EN PUERTO MONTT.

La conocí cuando mi padre fue embajador de Chile en esa nación inmensa, más de medio siglo atrás. En esos años, la pandemia era por la lepra, una bacteria que afecta la piel, la mucosa de las vías respiratorias superiores y los ojos. Nosotros nos cuidábamos, sin dejar de vivir la experiencia maravillosa de estar en un lugar tan especial, y diferente.

Delhi era nuestro centro de acción, tanto la antigua como la nueva ciudad. Si hoy me dieran a escoger, me quedaría con la Vieja Delhi, a pesar de sus olores intensos y esa impresionante cantidad de gente que circula por sus calles estrechas, con personajes exóticos que parecen sacados de un cuento de las "Mil y una noches". En esa parte se ubica el sector de Chandni Chowk, donde a todas horas cruzan multitudes de seres humanos, vacas, camellos, perros, elefantes decorados con múltiples colores y, de tarde en tarde, mi padre en compañía de toda la familia, incluyendo por cierto a mi madre y mis hermanos.

Gozábamos recorriendo sus calles sobrecargadas, inmersos en ese mundo fascinante de vendedores ambulantes, mendigos, charlatanes, comida que mucho nos apetecía, telas para saris con bordados de oro y plata, y los infaltables puestos de flores por doquier. Mi padre se vestía a la usanza hindú, con "kurtas" tipo chaqueta larga de color crema, lo cual no impedía que llamara la atención de los transeúntes por su porte y finas facciones occidentales. Caminábamos en grupo y tratábamos de pasar desapercibidos. Sabíamos que tarde o temprano se juntarían numerosas personas a vendernos baratijas, pedir limosna, vociferar cuestiones ininteligibles, y tocarnos la cara, las manos, a veces el cuerpo. Al final, ya estábamos acostumbrados a ese ritual, pues en el fondo no existía ni una pizca de mala intención, sólo curiosidad. Pero era muy gracioso cuando tratábamos de alejar a esa multitud, diciendo cuatro o cinco palabras en un "hindi" que nadie entendía. Todo esto, y muchísimo más, fue la India que conoció a fondo mi padre, y que está prodigiosamente narrado en sus libros y escritos que han quedado grabados para la posteridad.

La India representa una sociedad sumamente espiritual, pero también mundana. Los más doctos en la mitología de ese país, en su increíblemente fértil religiosidad y misticismo, pueden haber escuchado hablar de Hanuman, dios mono de extraordinarios poderes físicos, venerado por el hinduismo, considerado una reencarnación del dios Shiva. Es el fiel compañero del Rama -uno de los diez avatares de Vishnu-, y quien ayuda a rescatar a Sita (esposa de Rama) durante la expedición contra el ejercito liderado por el malvado demonio Rávana, que la había raptado. Sólo en India se puede encontrar una religiosidad de naturaleza tan asombrosa.

India es un pueblo de hombres sacros y personas creyentes. Las cosas que yo pude ver, observar y conocer en esa gran nación, las cuento acá brevemente para quienes se interesen por los asuntos de una vida plena.