Donación de sangre
La población juvenil ha sido especialmente participativa a la hora de donar sangre en los sistemas de salud. Las transfusiones de sangre contribuyen a salvar millones de vidas cada año a lo largo del mundo, de ahí la importancia de mantener stock.
El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, para crear conciencia sobre la necesidad de disponer de sangre y productos sanguíneos seguros para transfusiones, y sobre la contribución que efectúan los donantes voluntarios y no remunerados. La campaña de este año se centra especialmente en el papel de los jóvenes para garantizar un suministro seguro. En muchos países, ellos han estado en la vanguardia de las actividades e iniciativas encaminadas a lograr el objetivo, con la participación de voluntarios.
Este momento es una oportunidad para llamar a los gobiernos y a las autoridades sanitarias a que proporcionen los recursos suficientes y establezcan sistemas que permitan aumentar la obtención del plasma, vital para salvar vidas. En esta fecha se recuerda el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos.
El Ministerio de Salud es el responsable de gestionar el suministro de sangre, mediante establecimientos que desarrollan procesos de medicina transfusional, como los centros de sangre, de los cuales hay cuatro en Chile: Valparaíso, Santiago, Concepción y Puerto Montt, así como los bancos de sangre y unidades ubicadas en los hospitales. Hay 51 lugares fijos de donación de sangre en todo el país, dependientes de los 29 servicios de salud. Los planes de esos establecimientos tienen por objetivo mejorar la calidad de la atención a donantes y optimizar el tiempo de trabajo, aumentando paulatinamente el número de donaciones, en búsqueda de mejorar la calidad de los componentes sanguíneos que se transfunden a los pacientes.
Las transfusiones de sangre y los productos sanguíneos ayudan a salvar a millones de personas cada año, y aumentan la esperanza y calidad de vida de pacientes con enfermedades que podrían ser mortales. También permiten la aplicación de procedimientos médicos y quirúrgicos complejos. Los componentes sanguíneos son requeridos en situaciones tan variadas como accidentes, operaciones, trasplante de órganos, tratamientos oncológicos, pacientes con quemaduras, enfermedades que producen anemia, etc., por lo que se trata de un recurso muy valioso y que representa un gesto invaluable.