Con una marca de tres triunfos, tres empates y tres derrotas en el actual campeonato, se despidió el entrenador Rafael Dudamel de Universidad de Chile, que ayer igualó sin goles contra Palestino en La Cisterna.

"Solo tengo palabras de agradecimiento, porque la conducta, la actitud y la disposición de los jugadores, habiendo tenido tanta turbulencia antes del partido, no era fácil y estuvieron en un nivel de respuesta seria, profesional y es digno de admirar", reflexionó el venezolano tras el lance, en el que los azules volvieron a exhibir un insulso funcionamiento.

En declaraciones a TNT Sports, admitió que el compromiso por la novena fecha "lo viví con tristeza, porque no era lo planteado cuando llegamos a Chile (...). Me voy y nos vamos en paz, nos vamos tranquilos. No nos vamos felices, porque nos imaginábamos final de temporada, dando vuelta olímpica".

El exseleccionador azul aseguró que desarrolló un trabajo "arduo y exigente" durante los seis meses en que vistió el buzo azul, tiempo en el que consiguió un rendimiento de un 46,15 %.

"Nos hemos dado por completo, entregado al máximo y les he pedido también a nuestros futbolistas que se sientan en paz y tranquilos, porque no tengo la menor duda de todo su profesionalismo y entrega, y después no todo el trabajo se ve reflejado en los resultados".

Objetivo cumplido

En su adiós, resumió en dos etapas su paso por Chile, que se inició a fines de noviembre del año pasado, en la 20° de las 34 fechas del campeonato, con un empate 1-1 ante Everton.

"La primera (culminó) con el objetivo cumplido de salvar al equipo del descenso (...) y esta segunda que se interrumpe y que no fue lo que todos queríamos, pero los resultados son los que mandan", señaló el oriundo de San Felipe.

Junto con dedicarles "palabras de agradecimiento" a todos los miembros de la institución, Rafael Dudamel evitó especular sobre una eventual continuidad, reconociendo que "había un desgaste natural y no podemos tapar el sol con un dedo".

"Nos faltó ganar más continuamente, pero hace 15 días, antes de jugar contra Everton (0-1), estábamos a un partido de ser primeros. Perdimos dos seguidos y se interrumpe todo un plan inicial", sostuvo el ahora exadiestrador del elenco azul, cuando se le pidió una autocrítica.

46,15% fue el rendimiento de la "U" bajo la conducción del venezolano: ganó ocho partidos, empató 12 y perdió en seis ocasiones.

9° en la tabla y con 12 puntos en nueve juegos quedaron los estudiantiles tras el empate sin goles de ayer con Palestino.

Un fortuito gol le bastó a Universidad Católica para celebrar su segundo triunfo consecutivo, escalar provisionalmente a la punta de la tabla del torneo local y seguir hundiendo a Santiago Wanderers.

Aunque los cruzados manejaron el balón durante dos tercios del cotejo en el Elías Figueroa de Playa Ancha, el elenco local, que apenas ha cosechado un punto en nueve partido, tuvo dos llegadas de peligro apenas pasados los 15', cuando el arquero Matías Dituro evitó que sucesivos intentos de Néstor Canelón, Luis García y Gabriel Rojas terminaran dentro del marco.

El único tanto llegó a los 50', cuando el lateral izquierdo cruzado Juan Cornejo se aventuró más allá de la mitad del campo, evadió a Víctor Retamal y sacó un envío aéreo desde más de 35 metros, que terminó colándose en el segundo palo de Mauricio Viana.

"La verdad es que busqué el centro y, como estaba corriendo mucho viento, se metió. Lo bueno fue que sirvió para ganar el partido. No fue un tiro al arco, se metió por un poco de suerte. (Pero) igual vale, sobre todo por los tres puntos que no nos podemos llevar y nos quedamos ahí estando arriba, que era lo que queríamos", admitió el marcador de punta a TNT Sports.

Equipo clarito

Quien sorprendió con el balance del primer tercio del campeonato fue el DT franjeado, Gustavo Poyet.

"Se dio una situación que no tuve nunca en mi vida: llevar tantos partidos en un club y no empatar ninguno. O sea que somos un equipo clarito: ganamos o perdemos", dijo.

Con seis triunfos y tres caídas en el ámbito local, el uruguayo reconoció que "no esperaba tanta igualdad en el fútbol chileno. En general, los partidos se definen 1-0, 1-1, 2-1 y ahí. En muchos, son resultados cerrados a pesar de los resultados en la tabla".

"Cualquiera le puede ganar a cualquiera, hay que estar muy concentrados", señaló Poyet, quien clasificó a la UC a los octavos de final de la Copa Libertadores después de una década, instancia en la que desafiará a Palmeiras.

Con el lanzamiento de una camiseta conmemorativa que reunió a figuras de antaño como Marcelo Barticciotto, Rubén Espinoza y Daniel Morón, Colo Colo recordó el 30° aniversario de la Copa Libertadores.

"¡Ahí la tienes Colo Colo, ahí la tiene el hijo del pueblo, es tuya Juan, es tuya José, hijo de carpintero, hijo de lavandera!", relataba emocionado Vladimir Mimica el momento en que los albos levantaron el trofeo, el 5 de junio de 1991.

"¡Ahí la tienes hijo del trabajador de sol a sol, que a lo mejor sonríes por única vez el domingo cuando gana tu equipo que hoy está en el podio!", decía Mimica tras la victoria por 3-0 del Cacique ante el Olimpia paraguayo en el Estadio Monumental, en un relato que sigue estremeciendo.

Con 76 años, Mimica tiene recuerdos "absolutamente vivos de esa noche", cuando el pueblo colocolino y Chile entero vivieron "una emoción muy profunda".

Colo Colo cristalizaba así un proyecto deportivo que llegó a lo más alto con un plantel que combinaba la experiencia de jugadores como Lizardo Garrido, entonces de 34 años, con la juventud de exponentes como Leonel Herrera, que ostentaba cortos 20.

País de muchos sueños

Ese Colo Colo, recuerda Mimica, "es la primera luz que enciende el pueblo futbolero luego del retorno de la democracia, un país que tenía muchos sueños y que pudo expresar una catarata de sentimientos, frustraciones, emoción y dolor contenidos a través de esa victoria".

Y es que el país entero estaba pendiente del juego esa fría noche. Chile estaba golpeado y recién intentaba levantarse.

Meses antes, el país conocía los horrores de la dictadura de Augusto Pinochet a través del Informe Rettig. Además, en abril, había sido asesinado el senador Jaime Guzmán, hecho que tensó al máximo el ambiente.

En ese contexto fue que los dirigidos por el croata Mirko Jozic conquistaron el trofeo, al que Mimica así le coqueteaba en su relato: "Nos hemos vestido de frac, nos hemos puesto la mejor ropa para verte avanzar, reina soberana. La fiesta está dispuesta, los músicos están en el escenario, ¿bailemos un vals?, ¿te parece?".