Aniversario de Calbuco
Calbuco es la ciudad más antigua de la Provincia de Llanquihue. Según la tradición histórica, fue fundada el 4 de mayo de 1602 por un grupo de españoles que escapó del asedio indígena desde la devastada ciudad de Osorno. Esta fecha quedó institucionalizada como aniversario comunal mediante el Decreto N°333 del año 1989, efectuada por el gobierno comunal designado en aquella época.
El aniversario 418 de la ciudad de las aguas azules quedará marcado en la historia reciente como uno en donde las celebraciones ecuménicas, actos cívicos y desfiles se verán detenidas por el covid-19, pandemia mundial que impone una serie de restricciones por parte de la autoridad sanitaria. El aniversario de Calbuco es la antesala de muchos hitos y tradiciones que se recuerdan y celebran en este mes. El 15 de mayo de 1966 fue inaugurado el pedraplén, hito arquitectónico que unió la ciudad isla al continente. Símbolo del esfuerzo calbucano y materia de debate respecto de sus repercusiones medioambientales.
Dentro de este mes también se ve amenazado el desarrollo de la antiquísima festividad religiosa de los indios en honor a San Miguel, cuya tradición se remonta a 1712. Esta celebración ha tenido desde sus orígenes una sola suspensión, en 1905, cuando se produjo un brote de viruela en la región.
Cristian Vargas Mansilla
Distanciamiento social
El distanciamiento como medida preventiva no esta siendo acatado. Percibir que no se esta respetando la distancia en los lugares públicos es realmente preocupante, desafía toda lógica para la prevención de esta grave enfermedad, junto al uso obligatorio de mascarilla y el lavado de manos.
La distancia es una norma que se considera prioritaria en todo sentido para la amenaza del covid-19. Esta anómala situación de no respetar la distancia en filas de algunas entidades bancarias debe ser corregida.
No se puede bajar la guardia y pensar o creer que estamos libres de contagio. Debemos cuidarnos y respetar las normas que han dictado las autoridades.
Frank Lambarri
Pandemia y rol de la ciencia
Si algo nos ha dejado en claro la pandemia es la importancia de las ciencias y su rol en la toma de decisiones políticas para enfrentar la crisis sanitaria. Aun cuando el país invierte en ciencia y tecnología una vergonzosa suma equivalente al 0,38% del PIB, por debajo de países como el Congo (0,41%) y casi 12 veces por debajo de países exitosos en la lucha contra la pandemia como Corea del Sur (4,7%), los científicos de Chile han escuchado el llamado y han puesto a disposición su capacidad profesional y más de 15 laboratorios en distintas universidades del país para aumentar la capacidad de detección de pacientes.
Distintos profesionales de las ciencias, muchos de los cuales seguirán perfeccionándose en el país y en el extranjero gracias a Becas Chile y otros programas gubernamentales, están jugando un rol de primera línea en estos tiempos difíciles. Sin embargo, con tristeza vemos que aún en tiempo de pandemia las ciencias en Chile sufren otro revés. Las medidas de "repriorización" anunciada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo en respuesta a lo solicitado por el Gobierno, involucra la suspensión de becas para estudios a nivel nacional y en el extranjero este año, dejando en la indefensión a miles de estudiantes y profesionales que aprovechan estas oportunidades de estudio y perfeccionamiento para tener algo de estabilidad financiera ante la falta de oportunidades para generar recursos trabajando en ciencias en Chile.
Estamos todos de acuerdo en la incertidumbre internacional y en la necesidad de focalizar el gasto público, pero no todo recorte es adecuado, sobre todo cuando se trata de la formación de los científicos, cuyo sentimiento compartido es retribuir al país con ciencia. No le quitemos las oportunidades a chilenos que mañana con poco apoyo económico seguirán manteniendo la excelencia del nivel científico chileno.
Rodrigo Díaz
Corretaje de propiedades
El coronavirus ha supuesto un tremendo desafío en lo humano, pero también en cómo entendemos los negocios. Hasta ahora, el corretaje de propiedades se sustentaba en una relación presencial, pero este nuevo escenario nos obligó a repensar la forma en que desarrollamos el negocio.
Han surgido soluciones tecnológicas que buscan evitar que el sector quede paralizado. Ese es el camino correcto, sin embargo, hay que tener cuidado. Las aplicaciones que sólo buscan ser un intermediador entre propietarios y posibles arrendadores o compradores, no son suficientes.
Es fácil caer en la tentación de lo simple, pero es un error dejar atrás la esencia del corretaje: la gestión y asesoría para los clientes, que sólo se logra identificando sus intereses, contestando sus preguntas y analizando la propiedad misma y su entorno. Hay que conocer a las personas y lugares que están detrás de las pantallas.
Víctor Danús, gerente general de ProUrbe