Guillermo Gallardo Barría: primer director de escuela y un gran servidor público
140 AÑOS DE EL LLANQUIHUE. Como profesor normalista se abocó con dedicación a la formación de los primeros habitantes de Puerto Montt. Fue además comerciante, regidor y alcalde, y uno de los impulsores en la creación de Diario El Llanquihue.
Guillermo Gallardo Barría, quien hoy da su nombre a una de las principales calles céntricas de la capital regional, fue un ilustre servidor público, educador, comerciante, político y filántropo que aportó con gran dedicación a la enseñanza de las primeras generaciones de habitantes de la ciudad tras su fundación en 1853; fue tres veces electo regidor y alcalde, aportó a la creación del Banco Llanquihue, y partió de esta tierra con el cariño y aprecio de toda una comunidad.
Nació en Ancud en 1839 y fueron sus padres don Antonio Gallardo y doña Marcelina Barría, descendientes de familias hispánicas avecindadas en Chiloé desde el siglo XVIII. Por esta razón, Guillermo perteneció a la primera generación de niños nacidos en la hoy provincia tras la anexión de las islas del Archipiélago al territorio chileno en 1826.
Desde muy temprana edad destacó por sus cualidades para el estudio, razón por la cual fue enviado por sus padres a Santiago para que ingresara a la Escuela Normal de Preceptores, donde el 6 de marzo de 1859 obtuvo el título de "Maestro Normalista". Con dichas credenciales retornó al sur del país y se convirtió en uno de los primeros profesores normalistas de la provincia. Su primera asignación fue en la Escuela fiscal de Huelmo.
Primer director
Una vez que en Puerto Montt se creó la primera escuela, el 9 de marzo de 1861, Guillermo Gallardo se trasladó a la naciente ciudad para asumir como su primer director, inscribiendo así su nombre en la historia educativa de la comuna. Fue asistido como subdirector por el profesor germano Francisco Geisse y ocupó el cargo con gran distinción durante 30 años.
Su pasión por llevar la educación a todos los niveles de la sociedad le llevó a disponer de un terreno anexo para fundar allí -en 1865- la primera Escuela Nocturna, la cual también dirigió.
Una publicación de El Llanquihue lo destaca como uno de los primeros funcionarios públicos que llegó a la provincia y fue en la instrucción, ramo al que dedicó sus años de juventud, dejó recuerdos imborrables de sus sanas lecciones.
Sus ex alumnos también lo recordaron con mucho apreció y en un artículo de 1912 titulado a la memoria del maestro expresaban: "Cuando solo funcionaba en este pueblo una escuela superior para la educación de la juventud, acudíamos todos a escuchar las lecciones que él sabía inculcarnos con su carácter, unas veces alegre y jovial y otras -cuando él lo consideraba necesario- revestido de la seriedad que daba su personalidad".
"La mayor parte de los que hemos pasado de los cuarenta y cinco años asistimos a su escuela como alumnos y después seguimos oyendo sus lecciones de Visitador de Escuelas de la provincia, y sin frecuentar otros establecimientos, tenemos el orgullo de deberlo todo lo que somos al recordado maestro".
Formó hogar con la señora Marta Téllez Oyarzún y de dicho matrimonio descienden las familias Gallardo-Burr, Gallardo-Sigonia y Schwerter-Gallardo, según detalla Eduardo Tampe Maldonado (S.J.) en su libro "Puerto Montt: Gente noble y laboriosa" del año 2008.
Tras jubilar como visitador de escuelas, Gallardo se consagró al comercio, labor en la que pronto fue desatacado como el prototipo del comerciante honrado, y especialmente caritativo y generoso con los más desposeídos.
Honrado comerciante
Su espíritu de servicio le llevó a ejercer como administrador del Hospital "Santa María", donde supo poner en ejercicio la filantropía en su más benéfico grado, mismo rol que cumplió como socio cooperador activo de las conferencias San Vicente de Paul, institución católica destinada a socorrer a los ancianos.
Ante la necesidad que surgió en aquellos primeros años de Puerto Montt de contar con una institución bancaria que estuviese al servicio de la comunidad y contribuir al desarrollo de las diferentes actividades económicas, fue un impulsor de la creación del Banco Llanquihue, institución de la cual fue su vicepresidente en 1887. La apertura del Banco Llanquihue facilitó enormemente las transacciones comerciales, industriales y agropecuarias. También fue presidente del Club La Unión.
Diario El Llanquihue
Años antes, Guillermo Gallardo, junto a otros hombres de empresas como Juan José Mira, Fernando Schwerter Mimberg, Javier Gutiérrez Mancilla, José Márquez Montiel, Remigio Guerrero, Christian Brahm Spengler, Teodoro Rehbein Rofftiack, Federico Rinshe Junkler, José Manuel Varela y Antonio Staforelli, se unieron para fundar un periódico que fuera un órgano de publicidad del Partido Conservador y que respondiera a las creencias católicas de Puerto Montt. Fue así como el 12 de febrero de 1885 fundaron el Diario El Llanquihue.
En la función política, Gallardo fue electo regidor de Puerto Montt en tres períodos 1864, 1873 y 1885.
En 1891 ejercía como alcalde de la comuna cuando entró en vigencia la llamada Ley de Comunas Autónomas que fue impulsada durante el gobierno del Presidente Jorge Montt, la cual otorgaba considerables cuotas de autonomía a las municipalidades, entregándoles facultades que cubrían desde el aseo y ornato de las poblaciones, el fomento de la educación y de las industrias, la salubridad, la policía de seguridad, como asimismo la responsabilidad de coordinar las elecciones políticas.
En ese contexto, fue el primer alcalde que puso en práctica los beneficios que reportaban a las localidades aquellas ventajosas disposiciones, poniendo especial cuidado en la formación educativa.
Del Partido Conservador, Guillermo Gallardo fue su presidente hasta 1909 cuando -ya anciano- pidió que se le exonerara de servir como su líder con conmovedoras frases: "Déjenme descansar, que ya para la próxima campaña electoral estaré donde me coloque Dios, porque el día de mi viaje se acerca". Aceptada su renuncia, el Partido lo nombró por aclamación como su presidente honorario.
El adiós de Puerto Montt
En sus últimos días, una grave dolencia mantuvo postrado al otrora educador, comerciante y sabio político, quien recibió las abnegadas atenciones de su familia. A las 11 de la noche del 22 de enero de 1912, a la edad de 73 años, Guillermo Gallardo falleció en su residencia.
Al informar de la noticia El Llanquihue publicó palabras elogiosas hacia quien fuera uno de sus impulsores: "El señor Gallardo fue de corazón magnánimo en todas sus manifestaciones externas y modelo inapreciable en las tiernas y dulces preocupaciones de su vida íntima; por lo que con justicia se podría decir de él que fue el caudillo de los hombres de bien".
Una enorme concurrencia lo despidió en una solemne misa de honras que se celebró en la iglesia de los Reverendos Padres Jesuitas, luego de lo cual la banda de músicos del Regimiento Llanquihue lo acompañó con sentidas marchas fúnebres hasta su última morada en el Cementerio Católico.
Como último homenaje, la Municipalidad de Puerto Montt decidió que la ex calle Curicó perpetuara su nombre.
22 falleció a la edad de 73 años Guillermo Gallardo Barría, uno de los maestros más queridos de Puerto Montt.