Dos semanas del Trump 2.0 en la Casa Blanca: más empoderado, avasallador y decidido
Se ve y suena como en su primer paso por el gobierno de EE.UU., pero esta vez el presidente tiene mucha más experiencia y está rodeado de un equipo que se pasó años planificando su regreso.
Las maratónicas sesiones de preguntas y respuestas están de regreso, junto con la alfombra ovalada de color crema de la Oficina Oval y el botón de Coca Light en el escritorio Resolute. Tambiénvolvieron las publicaciones nocturnas en redes sociales con ecos en todo el mundo y la avalancha de órdenes ejecutivas.
Pero en 10 días, Donald Trump congeló el gasto y las contrataciones federales, ofreció indemnizaciones por despido a más de dos millones de trabajadores gubernamentales (tienen que aceptar un jugoso bono de retiro o declinar esta semana) y terminó con los esfuerzos federales por la diversidad y los derechos de las personas transgénero. Despidió a casi dos docenas de inspectores generales independientes, reescribió mapas estadounidenses, indultó a los manifestantes del 6 de enero que atacaron a la policía, anunció planes para detener a migrantes en Guantánamo y deshizo años de acciones de sus predecesores con un trazo de su destacador Sharpie.
Trump 2.0 se ve y suena mucho como en su primera etapa. Pero esta vez, el presidente tiene mucha más experiencia y está rodeado de un equipo que ha pasado años planificando su regreso a la Casa Blanca, desatando una rápida sucesión de medidas que ponen a prueba los límites del poder presidencial, siembran confusión y atraen la furia de los demócratas, que no están seguros de cómo detenerlo.
"Se le ve mucho más cómodo, casi relajado en cómo está haciendo el trabajo", comentó Sean Spicer, el primer secretario de prensa de la Casa Blanca de Trump, quien dijo que su ex jefe muestra un nuevo "nivel de confianza", tras haber pasado cuatro años en el cargo.
"Creo que tiene a las personas, las políticas y el proceso bien definidos. Sabe quién puede llevar a cabo su agenda, con quién quiere rodearse, las políticas que quiere avanzar y el proceso para implementarlas", dijo Spicer, quien ahora tiene un programa en YouTube.
Un presidente reafirmado
Trump ya no necesita preocuparse por la reelección. La Constitución prohíbe un tercer mandato. Enfrenta poca resistencia de un Congreso republicano unificado, que controla ambas cámaras. La Corte Suprema, con un tercio de miembros nombrados por él, ha dictaminado que él y los futuros presidentes tienen una amplia inmunidad frente a consecuencias legales.
Pero más allá de eso, Trump vivió cuatro años impresionantes, lo que incluyó sobrevivir a un par de intentos de asesinato, incluido uno en el que una bala de un posible asesino le rozó una oreja. Fue acusado cuatro veces en procesos judiciales, se convirtió en el primer expresidente en ser condenado por un delito y, sin embargo, fue devuelto al cargo más alto del país después de ser descartado a raíz de su derrota en 2020. La condena no significó una pena de prisión y los otros casos están desestimados o en espera.
Eso dejó a Trump más reafirmado que nunca, y con una larga lista de tareas pendientes. Emprendió un ritmo frenético de apariciones, que es un cambio drástico respecto a su predecesor, Joe Biden, quien a menudo desaparecía de la vista pública según los planes de su propio equipo.
El primer viaje presidencial de Trump, por ejemplo, comenzó evaluando los daños de un huracán en Carolina del Norte, donde amenazó con deshacerse de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y dijo que quería concesiones de los estados liderados por demócratas a cambio de recibir asistencia en caso de desastres.
Más tarde, recorrió Los Ángeles, devastada por incendios, donde se enfrentó a funcionarios locales en televisión en vivo, haciendo afirmaciones falsas sobre políticas de agua y minimizando las preocupaciones sobre residuos peligrosos, todo mientras llevaba una versión negra de su característico gorro de campaña "MAGA" (siglas de "Hagamos a Estados Unidos grande otra vez").
"Trump 2.0 es increíble. No le importa nada, lanza bombas de verdad y es glorioso de ver", bromeó Matt Rooney, un escritor y presentador de radio partidario de Trump, que se maravillaba de un momento en el viaje, la conversación de Trump en California con un congresista demócrata en la que reprochó al estado más