Edmundo González, la esperanza venezolana
En julio Venezuela debe llevar a cabo elecciones presidenciales. Existen abrumadores hechos que muestran al dictador (Nicolás) Maduro poniendo todos los obstáculos posibles para que dicho comicio no se desarrolle en condiciones mínimamente democráticas y asegurarse de ganar. En sus propias palabras ello deberá ocurrir "por las buenas o por las malas". Tamaña barbaridad se ha llevado a cabo por la descalificación constitucional de su adversarios, entre los que Corina Machado era la de mayor convocatoria y fortaleza. Es más, el Tribunal Electoral impidió incluso que se inscribiera la otra Corina Yunis como reemplazante.
Pero, Edmundo González, antiguo diplomático y ex embajador, permanece como candidato. La misma Corina Machado y todo el arco opositor apoya hoy a González. Ciertamente se ciernen sobre González todas las amenazas que se puedan imaginar. La de su Vida en primer lugar, la de ser súbitamente inhabilitado, la del hostigamiento permanente, la de supuestos escándalos y todas las trampas que por las malas el régimen de Maduro y Diosdado Cabello puedan imaginar y realizar.
Pero sin embargo, la llama de la esperanza democrática esta también presente. Para Venezuela se puede divisar la luz al final del túnel. Mucha gente me dice que soy un iluso, los mismos que nunca imaginaron que (Augusto) Pinochet perdería aquel histórico 5 de octubre del 88. El pueblo venezolano ya obtuvo una vez una victoria parlamentaria, que el régimen "se tuvo que tragar". Ahora es más, los presidentes Petro y el poderoso Lula han reprochado a Maduro su actuar autoritario y la supresión sistemática de su opositores. Estados Unidos amenaza con volver a las sanciones petroleras y la dictadura tambalea.
Existen supuestos garantes de una elección en el marco autoritario señalado. Lo sabe bien el embajador Jaime Gazmuri, un astuto político que desempeño roles vitales en la lucha contra Pinochet. Ya la embajada chilena en Caracas ha sido "asilo contra la opresión" y ahora deberá moverse con sigilo con la Unión Europea y los países latinoamericanos que han expresado su urgente preocupación sobre los comicios de marras. Quedamos en manos de la esperanza, la de un pueblo noble, generoso y tremendamente cercano al pueblo de Chile. Que duda cabe que, aun en la victoria, el reconocimiento no será sencillo y probablemente se abra un camino de democracia pactada. Pero quisiera creer, con fe y esperanza, que ese domingo 28 de julio, en cada rincón de mi Venezuela tan querida, se abrirá la democracia de Rómulo Gallegos, la dignidad de un pueblo que lucha por su libertad.