Al transitar por la historia vemos como se ha establecido socialmente el ideal de la "buena madre". Ser mamá en los tiempos actuales implica desempeñar una variedad de responsabilidades: crianza, compromisos laborales, autodesarrollo, gestionar el bienestar familiar, entre otras. Cuando estos roles no se desempeñan de acuerdo a lo que tiene que ser una "súper mamá", las mujeres son criticadas y juzgadas, poniéndoles el cartel de "mala madre", lo que puede generar sentimientos de culpa, ansiedad y estrés al sentir que no se está cumpliendo con las expectativas de los demás y las propias.
Las nuevas generaciones desafían los roles tradicionales y promueven los cuidados compartidos. Madres, padres y cuidadores pueden desarrollarse en distintos ámbitos, donde los hijos, tendrán iguales posibilidades de desarrollo, deconstruyendo así, la idea de ser una "súper mamá"; las mujeres pueden liberarse de las expectativas poco realistas y encontrar formas más saludables de equilibrar la maternidad con otras áreas de su vida. Compartir las tareas y la carga mental, establecer límites claros, practicar el autocuidado y aprender a aceptar que está bien no ser perfecta.
Las madres, padres, abuelos, aun cuando no vivan juntos, son necesarios. Compartir la carga de las tareas de cuidados, así como la organización diaria y los vínculos emocionales son tarea de todos y cada uno. Es necesario ampliar la comunidad que cría sanamente y sin agobio. Hay una tribu que comparte la tarea.
El cuidado infantil requiere de conocimientos y habilidades que pueden aprenderse y desarrollarse. Es importante que exista acceso a la información y recursos para brindar cuidados saludables y seguros a niñas y niños. La tarea de criar no es sólo de las mujeres. El desafío es entonces, mirar la crianza como un espacio que se construye en comunidad, ampliar la mirada a los cuidados compartidos, dejando atrás la idea de que la crianza es sólo responsabilidad de la madre.
En nuestra región, según datos de INE, el porcentaje de mujeres jefas de hogar es cada vez mayor, pasando de un 22,8% en 1992 al 39,4% en 2017, sobre un total de 277.481 hogares. Las jefas de hogar son mujeres económicamente activas con responsabilidades familiares y son el principal sustento económico del hogar. En empresas con sistemas de turnos, por ejemplo, las madres trabajadoras deben coordinar cuidadosamente sus horarios con los turnos rotativos, lo que puede afectar la disponibilidad para el cuidado de los hijos. Considerando estas cifras, pensemos en torno a la idea de bajar las expectativas de la súper mamá y miremos que es necesaria la colaboración de la familia y comunidad en la crianza.
Te invitamos a Celebrar el Día de la Madre como un espacio para agradecer y visibilizar a quienes nos han criado, especialmente a las madres. Reflexionemos cómo queremos criar a las nuevas generaciones, para crear una sociedad basada en el respeto mutuo y la igualdad fortaleciendo los lazos familiares.