Fomento de la lectura
Para que niños y jóvenes adquieran vocabulario y capacidad lógica, es crucial que desde pequeños se acostumbren a leer.
Pese a que ha habido avances, un alto porcentaje de niños y jóvenes muestra poca motivación por la lectura, lo que limita su mentalidad y vocabulario. La respuesta que se suele dar es que frente al avance de la televisión y de internet, es poco lo que se puede hacer. La ley del mínimo esfuerzo los lleva a escribir en forma abreviada, saltarse las reglas ortográficas y encontrar todo listo en los buscadores.
También los estudios revelan una baja comprensión de lo que leen y que predomina la ley del menor esfuerzo cuando en la escuela e incluso en la universidad, copian y pegan trabajos bajados de la red. Un informe de 2022 del Banco Mundial estimó que el porcentaje de niños que no comprende un texto sencillo a los 10 años en Latinoamérica saltó del 51% a 62,5%.
Desde 1988 se celebra cada 23 de abril el Día Internacional del Libro, promovido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para fomentar la lectura y recordar los beneficios que tiene en las personas de todas las edades. En los niños, activa áreas cerebrales que potencian su atención, concentración y memoria, que son fundamentales para el aprendizaje. También ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas.
Son dignos de destacar los esfuerzos de muchos profesores por tratar de encantar a los niños con la lectura. No se trata de reemplazar la televisión o la computación, sino de mostrarles que hay opciones. Si bien la iniciativa la toman los colegios, la familia tiene mucho que ayudar. Los padres que no leen difícilmente lograrán interesar a sus hijos en los libros. De hecho, en pocas casas hay una biblioteca de lectura. Además, el trabajo de los profesores es vital al seleccionar los títulos que resulten atractivos para sus alumnos, de manera que despierten el interés por leer y no se transforme en un aburrimiento.
En los últimos años se han dado pasos en algunos colegios, que entregan el carnet de lector de biblioteca a los alumnos en primero básico. La lectura complementaria no es una actividad aislada de los profesores de Lenguaje y Comunicación, sino que forma parte de un proyecto lector dentro del colegio, que debe ser compartido en la escuela y en la casa. La clave, en todo caso, antes de comenzar un proyecto, es detectar los intereses y motivación de los niños.