Conciencia con el medio ambiente
La preservación del planeta es una cuestión de sobrevivencia para la humanidad. Cada persona tiene un rol en esta tarea.
Pocos años lleva la conversación medioambiental y el cuidado de la Tierra por parte de la sociedad, aunque ciertamente ha estado presente en todas las culturas. Quizás como nunca el planeta está sometido a cambios y desafíos de magnitud, los que tienen un origen antropogénico, vale decir, causados por los seres humanos. El calentamiento global del planeta que se ha generado, con todas sus consecuencias, es la mejor prueba de ello.
El 22 de abril se conmemoró el Día Internacional de la Tierra. Ya está bastante socializado que el daño causado a la Tierra es gigantesco. Hay aguas y territorios contaminados, y grandes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen al hábitat en un cambio con insospechadas consecuencias. El aumento de las temperaturas es un efecto de ello, pero también una causa para otras situaciones preocupantes, como el aumento del nivel del mar, probable desaparición o mutación de numerosas especies y modificaciones de la geografía.
Chile ha sufrido años consecutivos de sequía, lo que ha afectado de manera importante la actividad agropecuaria y las necesidades básicas, en especial de los sectores rurales. El déficit hídrico que se registra de forma creciente en lugares apartados de la Región de Los Lagos, algo inimaginable hasta hace algún tiempo, da cuenta de ello.
Todo hace parecer que hoy la conciencia ecológica crece. Así también se desprende de los movimientos sociales que han puesto de relieve estas discusiones. En Chile, el tema energético ha sido relacionado en el último tiempo con eventuales daños a la naturaleza. Sin embargo, más allá de los grandes temas medioambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no menos importantes, confinados a las comunidades, en los que la conciencia ecológica no existe. Están desde quienes lanzan basuras a los ríos, lagunas o al mar, o incluso quienes tiran a diario sus desperdicios en las calles o en las playas.
Es frecuente que muchas personas asignen a los demás la responsabilidad de mantener limpio el ambiente y sus ciudades, pero no entienden que es una tarea que empieza por cada individuo. En la medida en que cada uno actúe en forma responsable en este tema, irá formando a sus hijos en esa misma cultura. Hay que entender que la Tierra es la gran casa -y la única- de la humanidad.