La imprenta moderna y sus orígenes: el comienzo de la revolución lectora
Parafraseando al poeta nacional, oriundo de Iquique, Oscar Hahn: "Gutenberg no midió las consecuencias de su máquina", ¿Quién fue Gutenberg? ¿Cuál fue su invención? ¿Cuáles fueron los alcances de esa máquina? Johannes Gensfleisch zur Laden zum Gutenberg, más conocido como Johannes Gutenberg, vivió en el puerto de Maguncia, situado a orillas del Río Rin, ciudad ubicada al suroeste de Alemania, lugar donde aparece la primera imprenta moderna.
Serán cuatro prensas, seis tipógrafos y una docena de prenseros, la primera de muchas de las imprentas modernas y su primer logro en tres años fue imprimir 200 copias idénticas. Este primer libro fue la Biblia. El desarrollo de una nueva industria productora de textos desplazó al manuscrito, ahora capaz de producir a gran escala y logró difundir textos de la antigüedad clásica, desde la gran poeta griega Safo, pasando por Sófocles, Aristóteles, Platón, Virgilio, Homero, Ovidio y Séneca, teólogos como Tomás de Aquino o San Agustín de Hipona, entre tantos otros.
El avance en la técnica, el desarrollo de nuevas herramientas de trabajo en el taller y la producción de máquinas específicas para la reproducción de libros, periódicos, diarios y escritos, en palabras del historiador inglés George Clarke guarda relación con que "los primeros impresores que podían tirar unos pocos centenares de ejemplares de un libro en unas cuantas semanas, se convirtieran en los modernos impresores, que pueden sacar un millón de copias de un periódico en unas pocas horas (…)".
Añade que "es fácil ver que la imprenta facilitó mucho la propagación de las letras y la capacidad de leer y escribir es un instrumento de autoridad si pertenece a muchos. Es una de las bases de la igualdad. A medida que aumentó el número de lectores, la influencia de los lectores se multiplicó. En las universidades, en los asuntos públicos y entre los lectores en general se disponía de más libros, y así la influencia más personal del maestro o del expositor cedió su lugar al poderío del libro, del invisible autor".
La Imprenta en América y Chile.
El escritor chileno Fernando Alegría, en su libro Breve historia de la literatura en Hispanoamérica, comenta cómo llegaron las primeras ediciones de libros impresos en Europa, como por ejemplo el "Manco de Lepanto", más conocido como Miguel de Cervantes y su obra "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha".
Vendrá después el llamado proceso de independencia de América y "El Espíritu de las Leyes" de Montesquieu o el "Contrato Social" de Rousseau se transformarán en lecturas obligadas para la élite libertadora.
Llos textos de Madison y Jefferson que llegaban al país, servirán de modelo para comprender este dinámico proceso revolucionario en marcha. La primera imprenta llega a Chile el año 1811 y para el año 1812 nace el primer periódico del Chile independiente, "La Aurora de Chile", publicación dirigida por el Fray Camilo Henríquez.
Sus primeras publicaciones serán; sermones, proclamas, ensayos, artículos periodísticos, textos dramáticos y poesía lírica. Y a pesar de la variedad de géneros expuestos en sus primeros números el objetivo era claro; construir los valores para la nueva sociedad chilena y conformar su identidad.
La prensa y los libros en Puerto Montt
Desde los albores de la fundación de Puerto Montt, en el viejo astillero Melipulli, comienzan a florecer las primeras imprentas y los primeros periódicos y diarios. El más longevo será la imprenta y el diario El Llanquihue. También vendrán luego los periódicos y diarios El Reloncaví, El Die Post (periódico en alemán) La Alianza Liberal, El Matón, El Rojo, El Popular, la Voz del Paria o El Porteño. Estos periódicos contenían variadas temáticas e información de tipo eclesiástica, deportiva, política, social o satírica.
Si se trata de libros antiguos, son las bibliotecas del Colegio San Francisco Javier y la del Liceo de Hombres Manuel Montt las primeras instituciones. Un publica y otra eclesiástica. Las primeras en recibir los más variados textos, inclusos algunos catalogados como clásicos para la literatura nacional y mundial, en esta última se pueden encontrar textos de la segunda mitad el siglo XIX y de autores de la talla de Claudio Gay, Ignacio Domeyko, Ricardo Latcham, Matilde Brandau y su "Derechos civiles de la mujer" o el clásico de Andrés Bello y la "Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos", Vicente Pérez Rosales o Diego Barros Arana.
Sindicato de Trabajadores Gráficos de Puerto Montt
El sindicato interempresa de trabajadores gráficos de la provincia de Llanquihue, nace como organización un 6 de marzo de 1964. Esta agrupación concentró a los trabajadores de las distintas imprentas de Puerto Montt, por lo que en su conformación inicial contó con 79 asociados. Fue conformado por tipógrafos, encuadernadores, prensitas y ayudantes, sostenidos en el uso de las máquinas como la guillotina, la perforadora, las tarjeteras y la aún vigente máquina Minerva.
Estos a pequeña escala servirán para imprimir textos y libros de los más variados temas y usos. Y de las imprentas que vieron la luz en Puerto Montt se puede mencionar El esfuerzo, Centenario, Delta, Omega, Smith o Hernández. Por otra parte están las clandestinas dedicadas a la denuncia social y dirigidas por militantes anarquistas, comunistas e incluso socialistas y que se concentraron en mostrar la situación de la clase trabajadora, en especial de los sindicatos de panificadores, zapateros, ebanistas, carpinteros, jornaleros, estibadores y empleados de molineras, en especial de los dos grandes distribuidores de trigo de la provincia, como molino Goekue o el molino Werner. Estas publicaciones eran de poco tiraje, sólo una par de números y en corto transcurso de tiempo, a diferencia de otras publicaciones de prensa de Puerto Montt, principalmente durante el siglo XX.
La nueva imprenta dejó atrás la tipografía móvil, para dar paso a la imprenta digital, el avance del libro en formato digital está desplazando al libro físico, el clásico libro con sus páginas de papel.
Hoy nuevamente se está en presencia de una revolución silenciosa. Serán los lectores los encargados de decidir, ¿Cómo queremos o podemos leer? formato digital o formato en papel.