Hasta ahora hay sólo rumores, unas señales por acá, otras por allá. Pero poco a poco se ha ido instalando esta semana el peor de los temores entre los locatarios de la sección de la calle Antonio Varas que se encuentra en obras de remodelación: aparentemente, la empresa que se adjudicó la licitación y que lleva un par de años con los trabajos, con varios contratiempos entremedio, se encuentra sometida a un complejo escenario financiero que a muchos les está haciendo dudar sobre su continuidad en la faena. Tal como se cuenta en esta edición, la firma en cuestión postergó el pago de sueldos y el alcalde prorrogó el término anticipado de contrato, a la espera de obtener mayores claridades sobre las definiciones que tomará la constructora.

De concretarse este escenario, esto es, que la compañía abandone la obra, sea por la razón que sea, pasaría a ser el peor de los panoramas para el municipio de Puerto Montt, que ve en esta obra la posibilidad de redimirse ante la opinión pública, en materia de infraestructura, luego de lo que fue el fracaso sonado de la pileta de la plaza de Armas, donde han abundado tanto los recursos asignados como las explicaciones para su reparación y nueva puesta en marcha. Más de tres años han pasado desde su fugaz funcionamiento, y hoy la malla que la rodea, cubre también las ineficiencias de una gestión que le ha costado millones de pesos al erario público.

Los principales damnificados de lo que al parecer será una nueva dilatación de los trabajos serán los locatarios de la calle Antonio Varas. Si la empresa se va, se iniciará otro proceso de asignación y la que llegue, difícilmente podrá estar en condiciones de cumplir los plazos pactados. Y así, por culpas que les son enteramente ajenas, los comerciantes habrán de someterse a más meses cerrados, y los que se atrevan a mantenerse abiertos, a seguir conviviendo con palas, picotas, ruidos y peatones que seguirán eludiendo esa zona.

Así como van las cosas, las obras de la calle Antonio Varas se han convertido en una triste pesadilla para la zona céntrica y sobre todo para quienes viven y trabajan en ese sector. Lo mínimo, si es que se da el peor escenario, es que el municipio idee fórmulas remediales para los afectados.

Hace 34 años, el dramaturgo Mauricio de la Parra inicia un festival de teatro en Puerto Montt al que llamó "Jornadas Culturales"; cuatro años después cambia su nombre por Temporales Internacionales de Teatro, organizándose cada julio en el Diego Rivera. Con entradas a precios populares -$1.000-, exhibe desde hoy y hasta el 29 de julio una obra diferente cada día, y ensimultáneo, se desarrollan otros tres escenarios en diferentes puntos de la comuna: Mirasol, Villa Lahuén y Hospital de Puerto Montt.

En un esfuerzo por sumar nuevos territorios, se integran nueve comunas de la región, beneficiando al público de Puerto Varas, Calbuco, Maullín, Los Muermos, Frutillar, Fresia, Ancud, Castro y Hornopirén, donde no hay una cartelera teatral permanente. La oferta es nutrida y atractiva, exhibiendo obras internacionales, talleres formativos y charlas.

Realmente, un aporte fundamental a nuestro desarrollo cultural: tenemos el festival de artes escénicas más antiguo del país, que afortunadamente no se ha interrumpido y ha logrado consolidar su audiencia, con la intención de crear espacios para el encuentro, la participación y el diálogo desde la cultura. Las artes escénicas nos hacen reflexionar, preguntarnos dónde estamos, hacia dónde vamos y contactarnos con otras realidades. Esto implica mirar desde múltiples perspectivas, estar abiertos a la creatividad y a la diversidad de nuestra sociedad, ya que tienen una gran capacidad para abordar temas sociales y culturales relevantes, siendo una valiosa herramienta para sensibilizarnos sobre temas como la desigualdad, discriminación, la violencia, la inmigración, la pobreza, el desarrollo, entre otros.

A través de la representación, somos testigos de visiones críticas y reflexivas sobre estos temas, lo que contribuye a formar ciudadanos críticos y más comprometidos con su entorno.

No hay excusa para quedarse afuera, nada que perder y todo por ganar. El teatro y su ecosistema nos necesitan, así como nuestra alma los necesita a ellos: es mucho lo que está en juego para un sector importante de quienes viven del arte y la cultura. Las artes escénicas se realizan en forma colectiva y la cadena de involucrados es muy grande: a quienes vemos en el escenario es a pocos, pero son muchos más quienes permiten que las cosas pasen. Si la pandemia obligó a cerrar las salas, ahora están abiertas y esperándonos. La cultura es parte de nuestra vida y el teatro es mucho más que entretener y emoción, es nuestro ADN más completo como nación.

80 años | 6 de julio de 1943

Invitan a curso para ser radiotelegrafista

El próximo mes parte en la Base Aérea de Maquehue, en Temuco, el curso de radiotelegrafista, para lo cual se invita a todos los interesados de la provincia de Llanquihue a participar de dicha actividad formativa, que dura ocho meses, y que permite egresar como cabo segundo de la FACh. El alza de la actividad aeronáutica generará en el futuro nuevas oportunidades de trabajo.

50 años | 6 de julio de 1973

Escuela Industrial de Frutillar está en paro

Los alumnos de la Escuela Industrial Chileno Alemana de Frutillar iniciaron ayer un paro, de carácter indefinido, por una serie de deficiencias. Entre ellas, los estudiantes reclaman que no tienen alimentación, pese a que la jornada de clases parte a las 8:30 horas y termina a las 15 horas. Asimismo, lamentan la falta de profesores de ramos técnicos, lo que complica su futuro.

10 años | 6 de julio de 2013

Personas duermen cerca de la Intendencia

En una improvisada mediagua dormía ayer una persona, a escasos metros de la Intendencia Regional. En los días de mal tiempo, hasta 15 personas pernoctan en este sitio, muy cercano al lugar donde se toman las decisiones más relevantes de la región. Desde Desarrollo Social comentan que la mayoría no quiere ir a albergues y que prefieren estar en sus mediaguas y carpas.