Elección con los objetivos claros
Hoy la Región de Los Lagos elige a los tres consejeros que redactarán el borrador de la próxima Constitución.
Llegó el momento. Hoy, desde las 08:00 horas, se abren las urnas para dar paso a una nueva elección de una saga que partió con el estallido social (2019), cuyo primer pulso reventó en Santiago con el ataque a estaciones de metro, saqueos y los peores disturbios desde el retorno a la democracia. La ola avanzó rápidamente por el país. Horas después, en el centro de Puerto Montt, se comenzaron a replicar las imágenes que llegaban desde la capital. Análisis, explicaciones, causas y soluciones abundaban. Ante el estupor ciudadano, que no solo se volcaba a las calles con fines violentos, sino que también en multitudinarias manifestaciones pacíficas, el sistema político acordó un proceso que buscaría cambiar la Constitución, como una forma de responder a esa ciudadanía descontenta con un Gobierno y un Estado al debe en materia de pensiones, salud, educación, y un largo etcétera, sumado a una desconfianza generalizada tras los casos de financiamiento ilegal en campañas políticas, colusión de empresas en productos de primera necesidad, entre otras variables.
El camino ha sido largo. Tras un plebiscito de entrada (octubre de 2020), que acordó por amplia mayoría iniciar el proceso constituyente, le siguieron la elección de convencionales (mayo de 2021) y el plebiscito de salida (septiembre 2022), que le dijo que no al borrador.
Hoy el país elegirá 25 mujeres y 25 hombres que redactarán un nuevo borrador. En Los Lagos, serán tres los representantes. El 17 de diciembre es el próximo plebiscito de salida. Este repaso no es baladí. Y el motivo tiene su génesis en cómo la política debió enfrentar su principal crisis posdictadura. Más allá que los discursos y las urgencias han cambiado en un lapso de cuatro años, lo que debe exigir la ciudadanía es un proceso centrado en lo que significa una nueva Constitución y no en qué pie quedan los partidos, que seguramente esta noche sacarán las cuentas de cómo se viene la mano para las próximas elecciones que se disputarán los cargos de representación popular. El cortoplacismo y el dejar lo importante para el sucesor puede ser el simil a una enfermedad tratada únicamente con paliativos, y que puede terminar con consecuencias nefastas.