El mayor telescopio del mundo cumple 10 años revelando los secretos del universo
CHILE. Los hitos del aparato instalado en el desierto de Atacama incluyen desde la primera foto de un agujero negro hasta la profunda renovación que prepara de cara al año 2030 para dar con alguna forma de vida.
Agencias
El radiotelescopio ALMA, el más grande del mundo y situado a 5.000 metros de altitud en el Desierto de Atacama, cumple diez años de vida, tiempo en el que ha revelado numerosos secretos del cielo, como la primera fotografía de un agujero negro.
En un altiplano árido de colores cafecinos, rodeados de montañas rocosas, decenas de gigantes metálicos blancos rompen el paisaje y mueven sus enormes cabezas circulares hacia distintas direcciones en el cielo: son las 66 antenas del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) que conforman el telescopio más ancho del mundo.
En su primera década de observaciones, ALMA ha avanzado, por ejemplo, en el conocimiento sobre la creación de nuevos planetas, el origen de la vida en otros puntos del universo o los agujeros negros supermasivos.
"Las antenas las podemos ubicar en distintas posiciones, de forma que podamos ampliar el telescopio o hacerlo más compacto según las necesidades científicas. Si las alejamos las unas de las otras, obtenemos más detalle, pero menos amplitud en la imagen, y viceversa, como con un zoom de una cámara", explica a Efe el coordinador de comunicaciones del observatorio, Nicolás Lira.
Las señales de las antenas que componen ALMA se juntan a través de un supercomputador, que aplica modelos matemáticos para obtener una única imagen combinada de todas ellas.
Descubrimientos
ALMA es posible gracias al trabajo conjunto de una veintena de países -entre ellos Estados Unidos, Europa, Japón o Chile-, una colaboración que también se da entre varios grandes observatorios situados en distintos puntos del planeta y que hace posible llegar a descubrimientos astronómicos singulares.
"A menudo, ALMA trabaja con otros observatorios a lo largo y ancho del planeta, conectando sus señales para crear un enorme telescopio del tamaño de la Tierra", detalla la jefa del departamento de Ciencia de ALMA, Elizabeth Humphreys.
Así se consiguió, por ejemplo, la primera fotografía nunca antes hecha de un agujero negro, juntando las señales de distintos observatorios del planeta y creando el equivalente a un telescopio de miles de kilómetros de diámetro mediante la misma técnica con la que ALMA combina las señales de sus antenas, conocida como interferometría.
Observar un agujero negro desde la Tierra "es equivalente a mirar desde España el hoyito de un lápiz pasta convencional situado en Chile", remarca uno de los astrónomos de ALMA, Hugo Messias.
"Sin la colaboración internacional habría sido imposible lograr ese hito", añade.
"la química de la vida"
ALMA fue una revolución para la astronomía de hace una década, pero la comunidad científica ya trabaja en mayores telescopios que expandan las fronteras del conocimiento que el mismo observatorio nacional pudo traspasar.
"La ciencia no es blanco o negro, sino que avanza granito a granito. Siempre hay algo más allá de lo que sabemos, y la curiosidad humana es prácticamente infinita. Con ALMA no se acaba la curiosidad humana", expresa Lira.
No obstante, ALMA prepara una renovación profunda de sus sistemas para 2030: substituirá su supercomputador y varios componentes de sus antenas, para agilizar el trabajo del observatorio y aumentar la nitidez de los datos que consigue.
Uno de los puntos fuertes del observatorio es su capacidad para captar componentes químicos en el universo, informa Humphreys, y las mejoras en la maquinaria aumentarán esa potencialidad.
"Lo que queremos encontrar es más información sobre la química de la vida, sobre cuál de los sistemas que vemos en el espacio pueden tener alguna forma de vida", anuncia la científica.
Pero la ciencia, si por algo se caracteriza, es por adentrase en lo desconocido. "¿Qué quiero que encuentre ALMA en los próximos años? Yo busco sorpresas. Recopilamos datos de muchos proyectos, y a veces no sabemos qué saldrá de ellos. Amo las sorpresas, cuando descubres algo que nunca habrías imaginado. Eso -pide Elizabeth Humphreys- es lo que quiero de ALMA en un futuro".
66 antenas