La carpa provisoria de los seis años
El municipio anunció que el 31 de diciembre vencen los permisos "provisorios" para ejercer allí el comercio. Habrá que ver cuán fuerte es la inercia. Tal carpa, muchas veces se ha advertido, no tiene permisos y ocupa una zona de evacuación. Aun así, se convirtió en parte del paisaje.
Puerto Montt, que todos saben es una ciudad de clara vocación turística, cuenta también con particularidades que la hacen única, no tanto por su condición climática o geográfica (que la tiene), ni por ser un puente que conecta al Chile continental con el sur austral (que lo es), sino por una extraña habilidad de hacer de lo informal o irregular, algo que se vuelve costumbre, normal, con la sutileza que aporta el transcurso del tiempo y que por permanecer siempre allí, inalterable, se hace parte del paisaje, como algo dado, como si hubiese estado allí desde tiempos pretéritos. Ejemplos pueden haber muchos. Cada puertomontino podrá, luego de recorrer la ciudad, encontrar aquellos signos de lo temporal que se volvió permanente sin que nadie se diera cuenta, porque alguien lo dejó pasar, porque muchos cerraron los ojos o porque fue más fácil inventar excusas que pasaron a ser parte del inventario.
De los tantos ejemplos que se pueden mencionar, quizás si el más paradigmático es el de la monumental carpa blanca que hace seis años se instaló a un costado del Mall Paseo Costanera, ocupando lo que debía ser un área verde y zona de evacuación (algo debiera saber Puerto Montt de los desastres tras el terremoto de 1960), para que albergara la actividad de numerosos comerciantes informales que supieron presionar a la autoridad alcaldicia.
Aquel se suponía iba a ser un espacio temporal, pero a seis años de esa "ocupación" permanece incólume, y ya para muchos puertomontinos se convirtió en algo dado, en una constante que podría sonar ridículo o inútil cuestionar.
Pero las reglas están para cumplirse, en particular en un país enfrentado hoy por hoy al relajamiento de tantas normas sociales. Por algo la Dirección de Obras ha advertido en innumerables oportunidades que tal instalación carece de permisos y que es un riesgo para todos, al tiempo que algunos concejales han expresado su inquietud.
Ahora el municipio ha anunciado que el próximo 31 de diciembre, ahora sí que sí, se deberá desinstalar la carpa, pues se acaban los permisos provisorios (que han durado seis años) extendidos a los comerciantes. Será la oportunidad de ver cuán anclado está lo temporal a lo permanente.