Correo
Crecimiento de Puerto Montt
Todos sabemos que Puerto Montt ha crecido de sobremanera estos últimos 10 años. Podemos apreciar la gran cantidad de casas y edificios en sectores como El Tepual, Alerce y Mirasol, donde los tacos, la inseguridad y el aislamiento se van tornando una realidad.
Cuando construimos viviendas también debemos construir barrios, los cuales deben estar dotados de Bomberos, Carabineros, servicio de salud y áreas de recreación. Elevemos nuestras miradas y hagamos gestión para mejorar la calidad de vida de los puertomontinos.
Yerco Rodríguez, concejal de Puerto Montt
Plebiscito de salida I
Curioso es el caso de la campaña por el Apruebo, movimiento que se debilita cada semana, pero no a causa de los ataques de la tan citada "derecha" hacia el texto propuesto. Esta debilidad es más bien cocinada internamente por el conglomerado de partidos que se la jugaron por el Apruebo
Tal es la desconfianza que algunos incluso apuestan por una vía de aprobar para reformar, una vía tan delirante e inconsistente que reconoce las falencias propias de un texto que dista de unificar al país. Su espíritu más allá de lo plurinacional sólo ha logrado dividir y polarizar el país en dos grandes bandos, donde hoy el respeto en torno a temas meramente políticos ha parecido desvanecerse, alejándose enteramente de su finalidad, citando a Rousseau, de ser un "pacto social" que otorgue cohesión a la sociedad chilena.
Me es imposible no traer a la luz de la memoria tiempos pasados como los de la campaña del "Sí" y el "No", por el nivel de polarización política, ahora, eso sí, con una línea divisoria mucho más difusa gracias a sectores de centroizquierda que han manifestado su opción por el Rechazo, dejando de lado esa falacia autoimpuesta por la izquierda más ortodoxa de que el Rechazo es compuesto meramente por la derecha, y el Apruebo enteramente por la izquierda. A mi juicio, precisamente ahí es donde radica la fortaleza y la única oportunidad del Rechazo, lograr difundir y dar a entender que rechazar esta propuesta no es pertenecer a la UDI o pensar bajo una lógica liberal-conservadora, más bien es reconocer que el texto que hoy se nos propone es carente en todas las características por las que nos decidimos a redactar una nueva Constitución.
Todo esto lo digo desde mi perspectiva, claro, la perspectiva de alguien que en un comienzo fue enteramente por el Apruebo, movido por las convicciones de mejorar el país, pero que se ha visto traicionado por cada uno de quienes dijeron representar al pueblo, siendo consciente que de aprobarse esta propuesta constitucional, es aniquilar los valores y principios que han permitido el libre ejercicio democrático de la política y el desarrollo del país.
Misael Vidal Gallegos
Plebiscito de salida II
La acción cívica que empujó la clase política un 15 de noviembre de 2019 a toda la población hacia este plebiscito de salida obligatorio se definirá por la emocionalidad del estómago y sensibilidades enquistadas a lo largo de la vida de cada uno de los votantes en materias relativas a la polis y su gestión y, sobre todo, respecto de nuestras percepciones con los gestores de turno de la polis tan maltrecha en la que nos toca vivir.
La casa propia por allá, la plurinacionalidad por acá y la Cámara de las Regiones por acullá representan árboles que impiden ver una fronda boscosa enorme que, dependiendo del interlocutor, se pretende denostar o realzar, derivando los dimes y diretes en debates que la mayoría de las veces se asemejan a luchas en el lodo cuyos principales beneficiarios son programas de televisión y noticiarios acostumbrados a la farandulización y banalización de lo humano y de lo divino. "Entretención televisiva", le llaman a algo que más bien se trata de desinformar entreteniendo.
En medio del vendaval de discusiones sobre el tema y fake news mal intencionadas destinadas a la confusión y agotamiento de los potenciales votantes, hay preguntas y reflexiones que no asoman con frecuencia en el océano de estiércol informativo. ¿En qué tipo de sociedad nos gustaría vivir? O, ¿cuál es la calidad de vida que nos gustaría que tuvieran nuestros hijos, nietos, padres y abuelos? Claramente no me gustaría seguir viviendo en una sociedad intrínsecamente desigual, donde la vida cotidiana de la grandísima mayoría de la población forme parte de las leyes de la oferta y la demanda, y donde el sistema económico imperante desde hace más de 42 años reduce a un precio y bien transable derechos tan básicos como la salud, la educación, la seguridad, la jubilación, la vivienda, la justicia e incluso el medio físico y natural donde actualmente nacemos, vivimos y morimos.
Ante esas interrogantes de futuro y las marcas acumuladas en los cuerpos, mentes y almas de aquellos que hemos vivido las consecuencias de una realidad jurídica impuesta a la fuerza en 1980, debiese ayudar a despejar la ecuación que se deberá resolver a principio de septiembre: ¿continuar dentro de la caja donde hemos aprendido a sobrevivir o abrir esa pequeña, pero significativa puerta para salir del enclaustramiento neoliberal y echarnos a andar en busca del buen vivir?
Marcelo Saavedra P.
Matías del Río y TVN
Lo de Matías del Río en TVN es un indicio, muy claro, de lo que hará la izquierda cuando tenga el poder total. Sin vergüenzas y sin matices.
Roberto Díaz
"El destino de la humanidad"
Dentro de lo que alcanzamos a comprender del nuevo conocimiento entregado por las razas cósmicas, la humanidad está enfrentada a un futuro que está en sus propias manos: crear desde su conciencia colectiva eligiendo transitar por las líneas positivas del bien, la paz, el amor, el equilibrio, la justicia y la verdad; o continuar cayendo al abismo del mal de la codicia, el odio y la mentira, dirigidos por las ansias de poder y la corrupción imperantes como sistemas que sin duda nos llevan directo al colapso planetario.
¿Hasta dónde el mundo está consciente de la magnitud del cambio evolutivo al cual accederá toda la humanidad que se encuentra apta para este nuevo mundo que viviremos? Cabe preguntarse sobre el momento que vivimos y su desenlace frente a un incierto futuro que está llegando a su punto de no retorno, del cual queda muy poco tiempo, y sea posible el rescate para el bien de los seres conscientes de esta lucha universal, donde se definirá en poco tiempo cuál será el destino de la raza humana que hoy y a través de siglos ha sido controlada por las fuerzas del mal próximas a su tiempo final.
Francisco Cofré Silva