La plaza central de cada ciudad debería ser un lujo. Llámese de Armas, que es lo más común, o con cualquiera otra denominación, es el espacio público por excelencia que define el espíritu urbano, su pasado y su proyección. Por algo cada una de las plazas cívicas está frecuentemente rodeada de las sedes del poder cívico y alrededor de ella se va configurando la actividad comercial. Y no sólo eso, ese es el punto principal al que confluyen las familias en los días de solaz; se lleva ahí a los niños apenas empiezan a caminar, casi como un ritual cívico de la vida en comunidad, para que se rodeen de gente, jueguen con sus pares o sencillamente aprendan a disfrutar de los detalles urbanos.

Por todo esto es que debiese llamar a alerta ya entre los puertomontinos el nivel en que se encuentra actualmente la plaza de Armas de la capital regional, durante meses sometida a trabajos de remodelación y ahora sumida en el silencio de la falta de información por su avance y en las penumbras apenas cae la noche. Tal como ha sido advertido por numerosos lectores y columnistas, el que debería ser el gran paseo público (a falta de otros) se ha convertido en una peligrosa boca de lobo por la falta de luminarias, agudizado desde el fin de semana por los días más cortos que traerán el cambio de hora y el avance del otoño y luego el invierno. Para muchos, transitar por ahí a la hora de la salida del trabajo implica un riesgo, más aún si se considera la inquietante alza de los delitos de connotación social, expresada en la captura de una banda que secuestró a una persona en la zona céntrica y que fue rescatada por Carabineros en el sector de Pelluco, mientras era golpeado por los delincuentes.

El municipio apuntó al Ministerio de Vivienda por el retraso en la instalación de las luminarias (¿se habría aceptado algo así, por ejemplo, en comunas como Santiago o Providencia?). Y como el Gobierno se demoró en nombrar a las autoridades regionales, se ha perdido tiempo valioso en los procedimientos administrativos a seguir.

Urge que desde Vivienda se acelere la instalación de las luminarias. Es indigno que Puerto Montt tenga una boca de lobo como plaza de Armas.

Después de dos años de cierre, el Museo Colonial Alemán de Frutillar, perteneciente a la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile, abre sus puertas para recibir a la comunidad. ¿Cuál es su papel y que nos enseña este espacio tras la pandemia?

Durante el tiempo en que estuvimos encerrados en nuestras casas, apreciamos como nunca el valor de los espacios de encuentro en la naturaleza. El museo y el parque, como espacio público de Frutillar, tiene un rol integrador y democrático en la sociedad. Uno de los principales desafíos es fortalecer lazos afectivos y crear nuevos vínculos, fomentando su uso y la participación ciudadana.

Los objetos de la colección, donados por la comunidad y resguardados por la universidad, nos enseñan desde la antigüedad ingeniosos saberes de un mundo sin energía eléctrica. Establecido en una zona de tradición agrícola, el museo guarda numerosas máquinas del pasado como trilladoras, fragua para metales, piedras de moler y un molino de agua. También encontramos artefactos domésticos como amasadoras, mantequilleras, lavadoras de ropa, máquina para hacer chicha y otros objetos manuales que hoy equivaldrían a nuestros electrodomésticos. Ante la crisis medioambiental actual es bonito pensar que aquella antigua tecnología pudiera repensarse en búsquedas de energías limpias.

Por otro lado, existe una apreciación por la producción local, los alimentos artesanales con materias primas de calidad sin procesos industriales, los tejidos con tinturas naturales y la importancia de los oficios porque nos conectan con la naturaleza. A través del trabajo museológico, estamos valorizando patrimonios sobre cómo se vive en el campo, cómo vivieron los antiguos y así, el museo nos enseña que una vida más austera y sana es posible. Que tiene sentido.

Pasear entre las flores es una experiencia alegre, sensorial, incluso sanadora. Lo cantaba Violeta Parra mientras jardineaba: "Para mi tristeza violeta azul,/Clavelina roja pa' mi pasión/Y para saber si me corresponde/Deshojo un blanco manzanillón".

El cultivo de los jardines es tradición en Frutillar y parte de su patrimonio cultural. La invitación es a trasplantar bulbos de dalias, podar rosas, abonar hortensias,recolectar manzanilla y lavanda en los jardines del museo. Conectarnos con la tierra para encontrarnos con nosotros mismos y con los demás.

Soledad Undurraga, directora del

Museo Colonial Alemán de Frutillar

80 años | 5 de abril de 1942

Comenzaron oficios de Semana Santa

Con la bendición y la Misa de Ramos, comenzaron los festejos de Semana Santa en la Iglesia Catedral de Ancud. De hecho, con la partida de los oficios religiosos, la Iglesia Católica recuerda cada año la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Entre las actividades efectuadas, destacan el Jueves Santo, donde se realizó una Misa Pontifical.

20 años | 5 de abril de 2002

Jardín Infantil a punto de cerrar por la delincuencia

Preocupados se encuentran los padres y apoderados del jardín infantil Refugio de Amor, ubicado en la población La Rotonda de Puerto Montt, debido a los recurrentes hechos de delincuencia y vandalismo que vienen sufriendo desde septiembre del año pasado. Estos sucesos colocan en duda la continuidad del jardín.

10 años | 5 de abril de 2012

Colegios podrían ser multados si no denuncian

Hasta 50 UTM como sanción podrían recibir los colegios, en caso que no denuncien episodios de bullying, de acuerdo a la nueva Ley de Violencia Escolar N° 20.536, que modificó algunos artículos de la Ley General de Educación, con el fin de mejorar el resguardo de los alumnos y docentes y en especial los episodios de bullying.