Presencialidad y aprendizajes
El retorno a las aulas le permitirá a los estudiantes reencontrarse con sus pares y así facilitar la fundamental tarea de socialización. Por cierto, mantener la presencialidad requerirá que las comunidades educativas sigan al pie de la letra el autocuidado.
Con el retorno de la rutina escolar ya en marcha, es importante considerar que los menores, además de reintegrarse nuevamente a sus actividades académicas, deben volver a enfrentarse a nuevos horarios de sueño, alimentación, recreación y otras dificultades asociadas al proceso de desapego emocional en torno a sus vínculos familiares y espacios cotidianos habitados durante el período de vacaciones y antes, incluso, cuando debieron someterse por largo tiempo a las clases online.
La pandemia, pronta a cumplir ya dos años en el país, impuso restricciones en el ámbito escolar y laboral, por lo que la "vuelta a clases" no representa el ritual de cada marzo, sino que es un retorno a la presencialidad bajo la "nueva normalidad".
Los expertos han advertido que no es el momento para introducirse rápidamente en los contenidos ni realizar evaluaciones de aprendizaje. La extensa interrupción de las clases presenciales produjo grandes cambios en los estudiantes. Además de la incertidumbre que les generó el riesgo sanitario y el impacto que pudiera haber tenido en sus círculos de amigos o familiares, los estudiantes vieron frenados aspectos tan trascendentes en la educación, como estar con los pares, jugar, socializar, etc.
En esta etapa, casi como una especie de nueva inducción al colegio, es vital que los padres y apoderados dialoguen con sus hijos acerca de lo que están sintiendo, junto con estar atentos a las señales que ellos pudieran estar enviando. Asimismo, todo el grupo familiar deberá comprender que la pandemia no está derrotada y que el triunfo que ha significado volver a las aulas, debe seguirse cultivando todos los días con las necesarias medidas de autocuidado. El uso de mascarilla, el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social tienen que mantenerse como actitudes frecuentes para evitar retroceder en algo tan fundamental como las clases presenciales.
La presencialidad, tan resistida en algunos círculos, le hará muy bien a los estudiantes de todos los niveles que, respetando las medidas sanitarias, podrán reencontrarse con sus pares y así mejorar sus condiciones para el aprendizaje.