Regreso a la presencialidad
El gran desafío del mes que se avecina es el retorno de los estudiantes a las aulas de los colegios, tan relevante para los aprendizajes como para la socialización. En los días que vienen, es crucial que los colegios definan claramente los protocolos a seguir para que el regreso a clases sea seguro.
El próximo 2 de marzo, más de tres millones de estudiantes del país deberán iniciar el año escolar 2022. La fecha ya es oficial, aunque todavía persisten dudas respecto de la presencialidad debido al violento avance de los contagios de covid-19 y la imposibilidad de muchos colegios de cumplir con todas las normas sanitarias.
Pese a que casi el 80% de los menores de 17 años está vacunado con dos dosis, persiste la inquietud en el Colegio de Profesores y en la Federación Nacional de Enfermeros. Estos últimos han levantado voces para postergar el ingreso a las aulas o, al menos, hacerlo en formato híbrido, usando tecnologías, dividiendo grupos y tomando prevenciones extra, como medir niveles de partículas en las salas, mejorar ventilación y asegurar testeos dos veces por semana.
Hay coincidencia en la necesidad urgente de recuperar la normalidad del vínculo de niños con sus respectivas comunidades educativas, por razones académicas y de salud mental también; pero los llamados apuntan a demorar esa decisión ante la presencia de ómicron y -desde el miércoles- de la variante ómicron 2.
Según la programación anual, los estudiantes seguirán en clases hasta el 2 de diciembre (más vacaciones de invierno en julio). Para ello, tanto los establecimientos particulares pagados como los subvencionados, junto con los municipales y aquellos del Servicio Local de Educación Llanquihue, están preparando el retorno de los estudiantes a las aulas.
La determinación del Gobierno se basa en los altos niveles de vacunación y en la aplicación de normas de retorno seguro en los edificios estudiantiles. Lo que sí se ha manifestado desde algunos planteles del país es pedir flexibilidad en ciertas reglas, como el uso de uniformes, reconociendo que la economía de las familias se ha visto afectada en pandemia.
El tema se mantiene en la agenda pública y es importante tomar definiciones al respecto. No hay que olvidar que el ritmo de la vida nacional gira en gran medida en torno al calendario educacional, que estructura la cotidianidad de las familias; algo que se ha visto desafiado desde marzo de 2020, cuando comenzó la crisis sanitaria en el país.