La farsa "americana"
Todos los años millones de latinoamericanos intentan llegar a Estados Unidos, atraídos por lo que creen será una vida mejor, plena de oportunidades económicas y de crecimiento personal. Gente humilde, principalmente de México, Centro América y el Caribe. Pero, en la gran mayoría de los casos, lo que encuentran allá es una realidad muy diferente a la soñada, donde los bajos sueldos, la inestabilidad laboral, los trabajos poco dignos, las actitudes discriminatorias y la amenaza latente de una expulsión, son el "el pan de cada día".
Una parte muy importante de este engaño institucional encuentra su génesis en la acción psicológica emprendida por la industria del entretenimiento estadounidense - con Hollywood a la cabeza -, la que ha venido propagando desde hace décadas, mensajes subliminales que permiten a cada hombre y mujer escapar de la gris cotidianidad, para acceder a un supuesto mundo feliz proyectado sobre una pantalla electrónica. Una suerte de Disneyrealidad que en apariencia es sumamente atractiva, sobre todo para los más pobres de nuestro continente, pero que tiene mucho de ficción y poco de autenticidad. En estados como Texas o Arizona, existe actualmente vía libre para detener a toda persona que aparente ser un inmigrante ilegal (y que ostente rasgos latinos, obviamente).
Sin embargo, lo anterior no sólo afecta a los migrantes, pues quienes manejan el poder en Estados Unidos, el poder real, utilizan técnicas de acción psicológica sobre las grandes mayorías poblacionales, que activan y manipulan las necesidades más profundas de la psiquis humana - trabajo, seguridad, dinero, codicia -, logrando influir sobre su estructura mental y generando altos niveles de permeabilidad a nuevas sugestiones, al actuar sobre el inconsciente colectivo. Las personas son conducidas a aceptar determinados conjuntos de ideas, paradigmas y pautas (derechos humanos, libertad económica, riqueza), que rara vez se cumplen, mientras rechazan otros con la fuerza que caracteriza a los reflejos condicionados.
Y son millones a quienes se les engaña con esta farsa. Lo que a primera vista parece un inocuo entretenimiento, gracias a la fuerza que ejerce la repetición y el uso muy sutil de técnicas subliminales en la filmación y la actuación, y a? efectos especiales de todo tipo, termina transformándose en una herramienta de efecto hipnótico que remodela y modifica los patrones de conducta de las mayorías en relación a la sociedad, el dinero, la autoridad, la familia y el amor, la solidaridad, la violencia. Y en muchas instancias, se logra tergiversar hasta la propia historia. En el caso de Hollywood, este proceso se orienta principalmente hacia las generaciones jóvenes y de mediana edad, produciendo fenómenos de transferencia psicológica muy complejos de entender, y que constituyen verdaderos procesos de reingeniería social
Chile debe ser muy prudente y cuidadoso al transitar por este fangoso terreno. Lo ideal es analizar la realidad con puntos de vista y paradigmas propios. Si alguien decide crear un enemigo, como Estados Unidos lo hace en su particular guerra psicológica y estratégica contra China, no debemos dejar que nos imponga ese enemigo también a nosotros. En el caso de la gran nación asiática, se trata de un aliado comercial y estratégico fundamental para el futuro de nuestro país, al cual debemos privilegiar.