Deficiente iluminación
Se están multiplicando las voces que advierten sobre sectores de Puerto Montt con problemas urbanos urgentes por atender. Una ciudad con tanta vocación turística como la capital regional de Los Lagos debe contar con calles con suficiente iluminación.
A medida que ha ido menguando la preocupación ciudadana en torno a la pandemia, merced a un exitoso programa de vacunación del Gobierno y a la, ojalá, mantención de las medidas de autocuidado de la población, vuelven a aflorar ciertas prioridades que en algunos casos son de larga data, como la delincuencia y las condiciones para una adecuada calidad de vida de las personas, muy sensibilizado luego de 18 meses de encierro forzado y/o voluntario. Entre estas inquietudes, ha reemergido con fuerza en Puerto Montt la sensación de vivir en una ciudad oscura y descuidada, como se ha planteado en columnas de opinión y Cartas al Director publicadas en este diario.
En cuanto a la falta de iluminación, se ha argumentado desde los organismos responsables que se debe, por ejemplo, en el sector del camino a Pelluco, a las conexiones irregulares que se realizan desde la toma que crece día a día sin control y con lo que a estas alturas ya parece ser la anuencia del Gobierno hacia la ocupación ilegal de terrenos; mientras que en otros sectores se explica en acciones vandálicas que redundan en la alteración del sistema eléctrico. Sea como sea, se ha hecho evidente que efectivamente hay mala iluminación en amplias zonas y que esto, por cierto, afecta la sensación de seguridad ciudadana.
En lo que respecta a la "ciudad descuidada", como se ha señalado, no hay duda que se requiere de una mayor eficiencia y periodicidad en el sistema de aseo de la ciudad, mediante un programa o campaña que involucre a la ciudadanía en su conjunto. En su calidad de capital regional y una de las más pujantes ciudades del sur del país, Puerto Montt se merece un mejor trato y una apariencia a las alturas de lo que es, sobre todo si cuando termine la pandemia, se aspire a retomar con determinación la actividad turística que tantos empleos genera gracias al encadenamiento productivo.
Ha de asumirse, sin complejos, que el semblante de Puerto Montt requiere de una atención preferente de parte de las autoridades, comenzando por la deficiente iluminación y el descuido urbano.