Los feriados irrenunciables
Aunque hubo un intento por sumar el día 17 a este carácter, la iniciativa párlamentaria no prosperó. Un feriado cualquiera le implica al país un costo aproximado de US$190 millones; y uno irrenunciable, unos US$260 millones.
En las últimas semanas, el comercio ha mostrado una bullente actividad, estimulado por el dinamismo propio de las Fiestas Patrias. Las carnicerías, panaderías, rotiserías, locales de venta de comestibles, bebidas, licores, vestuario y programas de turismo tienen en este mes un fuerte repunte, sobre todo por los aguinaldos dieciocheros.
La Dirección del Trabajo ha llamado a los empleadores del comercio a respetar el feriado obligatorio e irrenunciable de sus trabajadores este 18 y 19 de septiembre. Si bien algunos parlamentarios pretendían que también el 17 de septiembre fuera feriado irrenunciable, no se logró acuerdo para que rigiera en esta oportunidad. La medida fue criticada por medianos y pequeños empresarios y por el Gobierno, que argumentaron que era inadecuada en momentos en que el sistema productivo trata de recuperarse de la inestabilidad en que quedó debido a las medidas restrictivas que se aplicaron por la pandemia.
El costo de un feriado para el país es de aproximadamente 190 millones de dólares y si se transforma en irrenunciable aumenta a 260 millones de dólares, lo que no sólo representa bajas en las ventas del comercio, sino también implica una menor recaudación fiscal para el Estado, según señaló el subsecretario de Economía, Julio Pertuzé.
Durante los últimos años la legislación ha ido avanzando en incorporar días no laborables, inicialmente para las grandes tiendas y malls, pero luego para todo el comercio, lo que ha obligado a los consumidores a programar sus compras para estar abastecidos durante estas festividades. Pero en esta fecha el país no se paraliza totalmente, pues hay actividades que nunca cesan, como las fondas (exceptuadas este año, claro está), las grandes industrias que no pueden apagar equipos o instalaciones, aeropuertos, terminales de buses, puertos, locomoción y transporte, cementerios, empresas de servicios telefónicos, eléctricos, de agua, gas, hospitales, clínicas, peajes, servicios policiales, medios de comunicación e incontables otros.
Un feriado irrenunciable genera un alto impacto en la economía, en particular en estos momentos en que el país recién está retomando una relativa normalidad tras la liberación de las restricciones.