Correo
Nombramientos políticos
Llevo la delantera por mi avanzada edad y experiencia acumulada negativamente en lo que respecta a cargos laborales y que en estos días está en boga. En nuestro país se estilan algunas prácticas al momento de nombrar a las jefaturas y que personalmente experimenté.
Pretendiendo ser parte del "gobierno de los mejores", como se pregonó el año 2010 y teniendo más que sobrados requisitos académicos y meritorios, ofrecí mis capacidades a las secretarías de la Mujer, Educación, Discapacidad y Desarrollo Social, pero ipso facto fui descartada por no presentar afiliación alguna con el gobierno entrante. Lo más probable es que soy porfiada o me falla la memoria, pero esta respuesta ya la había experimentado el año 1993, en que teniendo condiciones especiales para ocupar el cargo de concurso público ganado como directora de un conocido establecimiento educacional, no me permitieron asumirlo por no tener filiación política afín, lo que constituyó un atropello imperdonable.
Pero como no hay segunda sin tercera, debo recordar que mi primer título habilitante fue para ejercer como jefa de cualquier Oficina de Desarrollo Social por allá por 1968, cuando tal vez aún no nacían quienes ahora critican. Me entrevisté infructuosamente con personas que me pidieron la "tarjeta del partido" y como no la tenía me solicitaron que al salir cerrara la puerta por fuera, de modo que en ese tiempo no tuve más que obtener otro título universitario, pero enterándome posteriormente que aquellos que me cerraron las puertas laborales no tenían ni siquiera enseñanza secundaria completa.
Ahora, al menos, el nuevo seremi de Deportes ostenta un flamante título y por su anterior cargo también ha elaborado y ejecutado proyectos deportivos propios de sus altas funciones, según su propio testimonio. Mi consejo es que si a alguien le sobra el tiempo es que se ocupen y preocupen de las altas deudas que aún mantiene el Estado con los ancianos profesores ¡Eso sí qué es escándalo!
Marlene Cárdenas Siebald
Convención y populismo
Quienes en estos momentos se encuentran redactando la nueva Constitución no son más que traficantes de sueños. Ellos han jugado con la esperanza de más de cinco millones de chilenos que el pasado 25 de octubre del año 2020 votaron Apruebo y esperan cambios. Quieren un país que le dé oportunidades al pueblo chileno y otorgue cobertura a sus necesidades.
No obstante, hemos sido testigos de conflictos internos y constantes disidencias entre los convencionales constituyentes, en los que las maravillosas propuestas de "un Chile más igual, seguridad ciudadana, poder popular y salud digna" han pasado a ser "un nuevo Chile, una nueva bandera, lenguaje inclusivo y libertad a los presos de la revuelta". A través de un cruel populismo se introdujo un caballo de troya lleno de mentiras, para instaurar las ideas de izquierda en el país.
Es por eso que no podemos permitir que una Constitución ícono de la hipocresía y del engaño venga a regir nuestra república.
Victoria Haeger Cartes
Experiencia de Boric
En las últimas semanas ha habido una suerte de victimización de Gabriel Boric y sus aliados luego de que sus contrincantes a La Moneda, Sebastián Sichel y Yasna Provoste, apelaran a su poca experiencia. Llama la atención esa reacción del candidato de la izquierda y su entorno, considerando que fue él mismo, en una entrevista de 2020 con Mónica González, Mirna Schindler y José Antonio Neme, el que descartó la idea de ser candidato, aduciendo justamente la razón de la experiencia.
Cito textual: "Descarto de plano ser candidato. Creo que no tengo la experiencia suficiente y me falta aprender mucho. Es bueno partir reconociendo las limitaciones propias. A mí me falta mucho por aprender (…). Lo descarto de plano. No creo que tenga las competencias necesarias, me falta mucha experiencia y aprender mucho antes de plantearme algo de esas características".
A confesión de partes, relevo de pruebas.
Catalina Pérez Cruz
"Chile endeudado"
Varios candidatos prometen que en sus gobiernos las pensiones tendrán un componente de solidaridad intergeneracional y otro intrageneracional.
No es algo novedoso, hoy ya estamos logrando "solidaridad intergeneracional": en este Chile, cada vez más endeudado, los que tendrán que ayudarnos a pagar la borrachera de gasto público en que estamos, serán nuestros nietos.
José Luis Hernández
Cuarto retiro
Pasan los días, y los políticos son cada vez más irresponsables con el 10%. ¿Tanta es la ansia de poder?
Esteban Meza