Reciclaje y medio ambiente
Admitiendo que se está produciendo un paulatino cambio cultural en la población, falta mucho para llegar a cifras que sean realmente consistentes. En los últimos años se ha ido ajustando la legislación para que las empresas vayan haciéndose cargo de los desechos que producen.
Chile produce 17 millones de toneladas de desechos de todo tipo al año, y de éstas, 7,4 millones de toneladas se generan en los hogares. Según el Banco Mundial, Chile es el segundo país de América Latina que genera más basura, ya que en promedio, cada persona produce 1,1 kilo de residuos domiciliarios al día. Sólo el 10% va a reciclaje, cifra ínfima respecto de un promedio de 60% que va a reutilización en las naciones desarrolladas.
El Ministerio de Medio Ambiente dio a conocer hace unos meses que se habilitarán 354 puntos limpios en un plazo de cuatro años, de primer nivel, para recibir todas las subcategorías de materiales de envases y embalajes, es decir, plásticos, vidrio, cajas tetra pack para líquidos, metal, papel y cartón. En marzo de este año, además, se publicó el decreto que establece las metas de recolección y valorización de la categoría "envases y embalajes" de la ley de reciclaje de productos. Se estableció que las empresas agrupadas en un sistema de gestión deberán instalar y operar establecimientos de recepción y almacenamiento de residuos de envases, a los que la ciudadanía pueda ir a dejarlos.
Si bien en los últimos años ha habido un avance en el tema de la separación de desechos y su reutilización para reciclaje, las cifras aún son escuálidas en Chile en comparación con las naciones desarrolladas. En junio de 2017 entró en vigencia la Ley de Fomento al Reciclaje, que ha impulsado un paulatino cambio cultural en las personas para aprovechar muchos de los desechos y reintegrarlos al proceso de producción.
La iniciativa obliga a los fabricantes de productos como neumáticos, aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, pilas, envases y embalajes a hacerse cargo de ellos una vez que terminan su vida útil. En vez de irse a los vertederos, deben volver a las industrias donde fueron fabricados para iniciar un nuevo ciclo, proceso que se desarrollará en forma gradual. Esas obligaciones serán exigidas de manera progresiva, desde este año 2021 y llegando a estar en plena vigencia el año 2030.
El reciclaje se ha ido convirtiendo lentamente en conducta de la vida diaria de una parte de la población, uno de los tantos esfuerzos que se deben consolidar en beneficio del medio ambiente.