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naturales que nos permiten sobrevivir a nosotros.
En cuanto a la demanda de tierras, ello es en todo el territorio y en esto quiero destacar, por ejemplo, la reivindicación que están haciendo las comunidades huilliches en Chiloé. Resalto el Parque Tantauco y muchos otros parques donde le están prohibiendo vivir a nuestras comunidades.
-¿Cómo evalúa la Ley Lafkenche?
-Es un instrumento que muestra una señal clara acerca del poder vinculante que deben tener las comunidades. Hace unos días hubo una protesta en el sector Lenca y Chaicas por la instalación de dos salmoneras que nos sorprendió a nosotros, porque en su momento, cuando pedimos el espacio costero para los pueblos originarios, esto tenía que ser conversado. Desgraciadamente hubo un manejo político, un tráfico de influencia que hizo caer una solicitud que estaba vigente, y hoy día lo tomó un grupo de dirigentes de comunidades mapuches que están facilitando la instalación de las salmoneras, en un hecho que se está denunciado al Ministerio Público. La instalación de estas empresas no tienen el consentimiento de las comunidades, ni la información transparente que requiere la Ley Lafkenche.
Sin embargo, me parece que es un instrumento bien utilizado y que genera participación de todos los actores, no sólo del pueblo mapuche huilliche, sino que de otros sectores también, porque la administración de este espacio requiere de la participación de los pescadores artesanales, de las juntas de vecinos, comités de turismo. Por eso creo que aquí le falta al Gobierno y a la administración la sensatez para implementarla como corresponde. Por lo demás, hoy goza incluso del amparo internacional.
-Entonces, es la implementación la que está faltando para que opere en buenas condiciones...
-Falta implementar la ley y para llevarla a la práctica se requiere que el Gobierno tenga la claridad y la sensatez suficiente para ejecutarla con su espíritu propio, que es la participación activa de todos los actores. Si bien es cierto se le traspasa a las comunidades su administración, estas no son dueñas, porque los recursos pesqueros ya están en manos de todos los pescadores y nosotros como comunidad seríamos una especie de coadministradores de lo que sucede en el borde costero completo; pero ello no lo podemos hacer sin la participación de todos quienes, de alguna forma, trabajan, viven y participan del borde costero.
Araucanía
-¿Cómo analiza la violencia en La Araucanía?
-Yo hago voz del planteamiento de nuestros pueblos, en el sentido y como ha quedado en evidencia, de que existe un gran montaje creado por los latifundistas y las forestales que contratan a ex carabineros, a ex militares y levantan estos movimientos que van a provocar a las comunidades y vienen a generar una violencia ficticia, porque aquí el conflicto no es del pueblo mapuche, sino que del Estado chileno que se apropió de nuestras las tierras ancestrales en todos los territorios y en forma violenta. Entonces, que hoy día nos responsabilicen a nosotros creo que es una hipocresía. Hay montajes que ha implementado la fuerza pública; tribunales en los cuales nosotros hemos sido testigos que muchas veces las demandas o denuncias que realiza el pueblo mapuche o las comunidades, no son tomadas con la seriedad que se requiere, pero si va un privado inmediatamente actúan con toda la fuerza de la ley. Aquí hay un criterio racista de los tribunales, de la Fiscalía, donde hemos sido también testigos que los jóvenes que han sido detenidos han estado hasta dos años en prisión preventiva y han sido absueltos después porque no hay pruebas. Entonces, existe sí o sí una estigmatización directa hacia la causa de la reivindicación de los derechos de los pueblos sobre las tierras ancestrales.
-¿Y que pasa con los hechos de violencia, como la quema de camiones?
-Aquí hemos estado demandando hace mucho tiempo que, primero, se realice un estudio, un análisis sobre los distintos hechos de violencia que han sido realmente comprobados de parte de nuestro pueblo, y en ese ámbito es necesaria una conversación clara y abierta con los distintos estamentos. Hemos pedido a la Corte Suprema espacios de diálogo para analizar cómo se están haciendo estas investigaciones. Hemos exigido una comisión de esclarecimiento de los distintos hechos de violencia histórica que ha tenido el Estado, privados y forestales en contra de nuestro pueblo, de los distintos asesinatos, como lo sucedido con Camilo Catrillanca o Matías Catrileo, así como con distintos jóvenes que hoy día forman parte de los mártires que creyeron en los derechos que tiene nuestro pueblo, y que al Estado pareciera que fuera un tema común. Nos duele la ceguera malintencionada de muchos actores que tienen una responsabilidad jurídica y política, así como el accionar de la misma fuerza pública que hoy, además, lo vive toda la sociedad chilena en todo este proceso de manifestaciones, frente a lo cual se está pidiendo una ley especial que indulte a quienes han sido detenidos producto de una protesta social. Los presos políticos mapuches sí existen y ello se ha comprobado debido a los montajes que se han realizado para detener a nuestra gente.
-Dice que su pueblo no tendría relación con hechos violentos...
-Nuestro pueblo lo que ha hecho es defenderse, resistir ante la violencia económica, jurídica y militar que el Estado ha aplicado. Tenemos el caso del Comando Jungla, que fue la creación de un sistema represor militar, preparado especialmente para ir a pelear, pero con quiénes… si nuestro pueblo no está armado, no tiene ningún movimiento militar. Incluso a la CAM (Coordinadora Arauco Malleco), que fue calificada como un movimiento terrorista, nunca se le comprobó nada. Es más, los líderes hoy están llamando al diálogo, a la conversación, sin que eso signifique que estemos dispuestos a renunciar a esta demanda permanente sobre los derechos ancestrales de nuestros territorios.
Si analizamos la situación de la quema de la casa del matrimonio Luchsinger-Mackay, uno de los principales responsables que acusó el Estado chileno fue al machi Celestino Córdova, pero resulta que la sociedad tiene que saber que no fue acusado como autor de la muerte de ellos, sino que como encubridor, porque claro, a él lo pillaron herido a cinco kilómetros de la casa y fue el único acusado; pero la justicia nunca logró ratificar que fue el autor. Entonces, qué tipo de confianza genera la justicia. Ahora, hay que ser objetivo en este tema y así como existen muchos montajes, deben existir algunos movimientos que a veces desconocemos, que pueden ser o no mapuches o que pueden estar utilizando al pueblo mapuche también, ya que uno no puede ser miope en estas cosas.
-¿Algún mea culpa por los hechos de violencia?
-Nosotros somos víctimas de los montajes que ha realizado el Estado, ya sea por movimiento paramilitares o por la misma fuerza pública. Más que un mea culpa aquí hay una provocación permanente del Estado.
Convención
-¿Cree que la Convención puede ayudar a la conseguir la paz en La Araucanía?
-La participación nuestra en las elecciones tiene esa esperanza, tiene esa idea. Creemos que la constituyente y la nueva Constitución es un tratado de paz. Es un parlamento social, político, cultural y jurídico y esperamos que las demandas sean bien interpretadas y bien recibidas.
Sabemos que hay temas profundos que se van analizar y que ya me lo han planteado en mi condición de autoridad ancestral, de candidato y de coordinador territorial de la temática constituyente, como es el caso de la propiedad privada, que será analizado y discutido en esta instancia. Aquí lo que nosotros planteamos es que de la misma forma en la que se valora tanto este concepto, se tiene que valorar también el de la propiedad colectiva, que es una forma de administración milenaria que han llevado adelante nuestros pueblos originarios. Y que significa responsabilidad mutua de los actores que conviven en un territorio. Lo que no puede seguir ocurriendo es que la protección de la propiedad privada tenga más castigo que la de la vida.
-¿Cómo evalúa el trabajo de la Conadi?
-Es una institución del Estado chileno que nunca ha representado a los pueblos originarios y que ha reaccionado de la forma en la que ha sido la voluntad del gobierno de turno. No tenemos muchas esperanzas en Conadi respecto de las demandas de fondo, ya que se ha convertido en una instancia que cree que regalando proyectitos o haciendo concursos se soluciona el tema de fondo. Han existido directores o directoras que han sido más eficientes en la ejecución de su presupuesto, pero eso no tiene que ver con el fondo.
-¿Se requiere de una participación más activa de los pueblos originarios en la creación de una entidad como Conadi?
-Se nos ha planteado la idea de levantar un ministerio de pueblos originarios o un consejo; pero la pregunta que uno se tiene que realizar es para qué... para que coloquen más plata, realicen más proyectos… Nosotros, por lo menos, en nuestra línea de trabajo, como autoridades ancestrales, estamos hablando de la autonomía y de la autodeterminación de nuestro pueblo.
-¿Qué reflexión realiza del apoyo que han recibido el último tiempo de parte de la comunidad, en especial de los jóvenes?
-La sociedad se volcó a la calle exigiendo nuestros derechos y con nuestras banderas. Son nuestros hermanos. No es responsabilidad del pueblo, sino que de los gobernantes que han tenido el poder y que no han sido capaces de llevar adelante lo que hoy día demanda la sociedad en esta constituyente. Ha sido el fracaso de la clase política. Hablo de todos los que en estos 200 años de colonización del Estado chileno han tenido poder, salvo nobles excepciones, como el Presidente Salvador Allende.
" Nuestro pueblo lo que ha hecho es defenderse, resistir ante la violencia económica, jurídica y militar que el Estado ha aplicado".