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población sobre los riesgos asociados a consumir este tipo de sustancias, pero también a la mayor regulación que tiene que tener la gente a la compra de los mismos".
Sobre lo mismo, el seremi de Salud, Alejandro Caroca, dijo que "es un tema muy importante, porque hay una serie de medicamentos que tienen que ser extendidos con receta médica. Y ahí hay dos tipos: la del recetario común y corriente y la de estupefacientes, los opiáceos que requieren una receta especial. La segunda lleva un registro de lo que se está entregando. ¿Qué pasa? Aquellos medicamentos que no se pueden expender sin receta médica, los que están cometiendo una ilegalidad (al venderlos) son las farmacias".
La autoridad de Salud relató que "en el último tiempo se ha hecho compleja la fiscalización de esto por el delivery por internet, que hace que se nos escape esa situación a nuestros controles. Hoy tenemos que empoderar a los ciudadanos y hacerles entender que las libertades que tengan, tienen que manejarlas con responsabilidad".
Rose, eso sí, detalla que no todo podría responder a las afecciones mentales. "Podría verse influenciado por las condiciones en que estamos en el encierro: "Hay múltiples dolores, porque como se está estresado, trabajando en la casa sin un buen escritorio ni silla, te duele el cuello, los hombros, la espalda; como estás con sobrepeso, te duelen las caderas, las rodillas, después te da dolor de cabeza, no puedes dormir, etcétera. Y todo eso puede conllevar a tomar medicamentos de distinto tipo".
Descenso social
En cuanto a la marihuana, un 33,7% de los entrevistados aseguró haber consumido más que en el mundo prepandemia, avanzando más de 4 pp con respecto al año pasado. El 41,1% dijo que ha mantenido lo que adquiere y utiliza.
Al igual que entre los medicamentos, la principal razón esgrimida por los consultados para aumentar el consumo, se relacionó a la ansiedad, estrés o depresión. Mientras que los que han bajado el consumo (un 20%) es principalmente porque hay menos oportunidades de consumirla.
"Si antes el negocio de la esquina estaba abierto hasta las 3 de la mañana, yo podía ir a comprar vino, pisco, cigarros. Hoy en día cierra a las 8 y si yo no fui precavido, me quedo sin estos elementos (…) además muchos de estos factores son sociales, una conducta que se da en fiestas, un asado o conversaciones entre amigos", complementó Rose.
Lógica de consumo en ámbitos sociales -hoy suspendidos en su mayoría- que toma su mayor ejemplo en la ingesta de alcohol, al menos con respecto a los números del año pasado. Si en 2020 era un 24,6% de personas las que habían respondido a un aumento de consumo, esta vez el número descendió levemente a 23,2%. En cualquier caso, significa que una de cada 5 personas sigue asegurando que toma más que en 2019.
Un 34,8% admitió que ha mantenido su consumo desde la época prepandemia y un 33,1% aseguró haber consumido menos. En este último punto destaca que la principal razón para haber tomado menos no es una decisión voluntaria o por los efectos adversos, sino que por la disminución de las oportunidad para consumirlo (como reuniones sociales).
Problema que no acaba
Finalmente, Rose estableció que "la encuesta es bastante consistente con lo que uno aprecia desde lo vivencial y desde lo clínico, en relación a las personas y lo que estamos viviendo todos a partir de la pandemia y el confinamiento. Claramente, hay un aumento en el estrés y en la ansiedad y por supuesto ligado a emociones negativas, como el miedo, la rabia, la pena".
"El tema de la salud mental es una problemática que ha ido creciendo, que se ha ido sumando mayor cantidad de personas con dificultades y con mayor cantidad de estresores de elementos negativos para la salud mental de las personas. Si bien el confinamiento también tiene una suerte de adaptación como un mecanismo de adaptabilidad, que uno pudiese decir: 'claro, después de un año y medio, de dos años, las personas ya están más adaptadas a este nuevo sistema'. Pero esta adaptación tiene hartos costos, un costo que es bien evidente en la encuesta es que las personas para estar bien, para estar más tranquilas, para que no les duela la cabeza, están tomando mucho más medicamentos de distinta índole. Por otro lado, esta adaptación es una adaptación entre comillas, porque durante el primer semestre, el primer año, las personas decían: 'bueno, ya falta poco'. Y ese ya falta poco pareciera no terminar nunca, esa sensación de que esto se va alargando y estirando en el tiempo", determinó la experta en salud mental.
Se validaron 1.227 encuestas a nivel regional, entre las que un 39,9% fueron hombres y un 60,1% mujeres. La mayoría de entre 18 y 39 años.
El comportamiento fue muy similar a lo encontrado a la primera encuesta.
Para quienes sientan que tienen un problema con alguna de estas sustancias, se recomienda llamar al 1412 que corresponde al Fono Drogas y Alcohol, lugar en el que se entrega información, orientación y atención sicosocial a cargo de profesionales.
"Aquellos medicamentos que no se pueden expender sin receta médica, los que están cometiendo una ilegalidad (al venderlos) son las farmacias"
Alejandro Caroca,, seremi de Salud.
"Las personas necesitamos elementos paliativos cuando tenemos emociones negativas como miedo, rabia o pena".
Inés Rose,, directora carrera de Sicología Universidad Santo Tomás.
49,3% de los encuestados aseguró que consume más medicamentos sin receta, que lo que hacía en el período pre pandemia.
60% de las personas que respondieron voluntariamente la encuesta son mujeres. La mayoría de los participantes tiene entre 18 y 39 años.
89% de las personas declaró no tener la intención de buscar ayuda para tratar de disminuir o dejar de consumir drogas en la pandemia.