Correo
Patrimonio calbucano
El mes pasado escribí a este medio acerca de la carencia de conciencia en torno al patrimonio cultural material existente en Calbuco, la comuna de las aguas azules, y la ausencia de una entidad que se encargue de su proyección a la comunidad. A este legado tangible también se suma un patrimonio vivo, una herencia inmaterial que se traduce en un conjunto de saberes, prácticas y tradiciones que forman parte de la cotidianidad de los habitantes que integran el archipiélago, con especial arraigo en el Calbuco rural continental e insular. Transmisión de la distintas culturas que confluyeron en este territorio a través de los siglos de historia y que formaron un imaginario sólido que se manifiesta en una amalgama de costumbres que se mantienen inexorables al paso del tiempo y se niegan a desaparecer.
Tal es el caso de la religiosidad católica expresada en las distintas festividades patronales presentes en las comunidades integrantes de la parroquia. Novenas, procesiones y pasacalles que son el fruto del sincretismo generado entre españoles e indígenas durante el periodo colonial. Destaca este mes la tradicional festividad del 5 de febrero, que conmemora la llegada de la imagen de la Virgen del Carmen a isla Chidhuapi, expresión de religiosidad que tiene gran devoción entre los lugareños de este hermoso paraje insular. Celebración que al igual que muchas otras instancias se verá suspendida en su realización producto de la cuarentena comunal y las restricciones sanitarias que hacen imposible el desarrollo de estas expresiones genuinas de identidad.
Cristian Vargas Mansilla
Estancamiento de Calbuco
Cuatrocientos dieciocho años de historia tiene Calbuco, han sido años de un lento desarrollo, pero que de alguna forma su gente no ha querido quedarse atrás. Nos caracterizamos por un fuerte nivel de emprendimiento ya sea formal o informal, pero que le ha permitido a nuestra gente salir adelante contra viento y marea.
Los rubros más comunes son la pesca, la miticultura, la agricultura familiar campesina, entre otros, pero el desarrollo de la sociedad chilena deja ver que Calbuco se ha quedado muy atrás. No tenemos una política de fomento que entregue herramientas ni estabilidad para crear nuevos emprendimientos, ningún tipo de capacitación, orientación o estimulación hacia el emprendimiento formal, que haga que un negocio pueda ser rentable en el tiempo.
Lamentablemente Calbuco se ha transformado en un lugar que no permite el crecimiento ni el desarrollo personal como nos gustaría. En ese sentido, falta mucho por hacer, como tener una política comunal que estimule el desarrollo personal y el buen aprovechamiento de los recursos que nos da nuestra geografía. Pero no es imposible de lograr, necesitamos hacer que el Estado vuelva a confiar en nuestras capacidades, para que nos permita desarrollarnos en todas las áreas productivas, para paso a paso ir mejorando la calidad de vida de las personas.
Marcelo Andrés Soto
Pérdidas en AFP
Gracias, AFP Capital, por su tremenda administración de mis fondos: en tres días he perdido $836.508, qué tremendos administradores.
Esta maravilla de administración es de los días 29 de enero, 1 y 3 de febrero, porque el día 2 fue una ganancia inmensa: $39.658.
Carlos Olivares Covarrubias
Pandemia y centralización
Hemos visto como en las últimas semanas 23 de las 30 comunas de la región han retrocedido a cuarentena, mientras las siete restantes se encuentran en una frágil etapa de transición. De acuerdo con el último informe Covid del 28 de enero, Los Lagos lidera en contagios nuevos cada 100.000 habitantes, tenemos sobre 90% de ocupación de camas UCI y hasta la fecha lamentamos la pérdida de 422 vidas de vecinos de la región.
Ante la pandemia, sin duda la prioridad debiera ser el resguardo de vidas y la disminución de índices de contagio, por lo que irrita la desconexión de un gobierno que, desde Santiago, entrega ayudas paupérrimas, exigiéndole vivir sin ingresos a los 14.000 trabajadores del turismo (11% del PIB regional) y 24,4% de trabajadores informales. A la crisis económica se le suma el colapso sanitario: el Servicio de Salud de Osorno se encuentra colapsado, lo que afecta a muchas comunas cuya población se atiende en su Hospital Base.
Me pregunto cuánto del colapso del sistema sanitario de la región se explica por el abandono de la salud pública, evidenciando los problemas de un país centralizado, cuyas decisiones se toman desde Santiago. La nueva Constitución debe consagrar un Estado garante de derechos, con una democracia participativa y descentralizada para que las decisiones se tomen con la comunidad, escuchando a las regiones, para que nunca más se nos someta al abandono producto de la desconexión de una elite que gobierna desde el barrio alto de Santiago.
Daniela Carvacho