Defensoría de las víctimas
El anunciado proyecto de ley viene a saldar una antigua deuda con quienes son víctimas de la delincuencia en el país. El futuro Servicio Nacional de Acceso a la Justicia, si la iniciativa prospera en el Parlamento, unificará distintas oficinas de índole similar.
El Gobierno confirmó hace unos días el ingreso con suma urgencia al Congreso del proyecto de ley que crea el Servicio Nacional de Acceso a la Justicia y la Defensoría de las Víctimas. La iniciativa busca establecer una nueva institucionalidad para el fortalecimiento del derecho de acceso a la justicia de las personas, mediante la implementación de diferentes líneas de acción con el objetivo de contar con un servicio eficiente, cercano e integral para las personas.
De esta forma, se aspira a poner en marcha un nuevo organismo que reúna, coordine y sistematice la oferta pública en materia de defensa jurídica a la ciudadanía. En dicho sentido, se propone la integración de las cuatro corporaciones de asistencia judicial que, desagregadas en las distintas regiones del país, representan la primera puerta al ejercicio del derecho al acceso a la justicia de gran parte de la ciudadanía. El proyecto crea el Servicio Nacional de Acceso a la Justicia (SNAJ), que unificará toda la oferta pública en materia de defensa jurídica a la ciudadanía, incluyendo, además de las cuatro corporaciones de asistencia judicial existentes, los programas especializados como "Mi Abogado" (para niños y adolescentes) o Defensa Integral de Adulto Mayor, y el Programa de Apoyo de Víctimas del Ministerio del Interior.
Además, se crea la Defensoría de Víctimas de Delitos, que se prevé vele por los derechos de las víctimas, representándolos jurídicamente y otorgándoles asistencia psicológica y social. La iniciativa ha sido recibida de buena forma por varios actores relevantes, por lo que probablemente tenga una rápida tramitación en el Poder Legislativo.
En Los Lagos, región que registra delitos de variada índole y donde su capital, Puerto Montt, ha venido exhibiendo en el último tiempo un inquietante aumento de los niveles de inseguridad, constituye un avance el mejoramiento de una institucionalidad que se preocupe efectivamente de las víctimas, por lo cual se debe esperar una discusión seria y responsable de esta iniciativa, de manera de poder contar con un sistema mucho más ágil y que se enfoque verdaderamente en quienes requieren una mejor respuesta a sus demandas.