En los próximos años, se espera que las tecnologías digitales y el procesamiento de datos automaticen diferentes funciones que hoy son realizadas por personas. Esta situación seguramente aumente considerablemente la productividad, pero también puede traducirse en la pérdida de un elevado número de puestos de trabajo, sobre todo aquellos basados en tareas repetitivas o manuales.

Frente a este panorama, es clave que los grupos que presentan mayores brechas de participación y desarrollo en el mercado laboral puedan contar con las herramientas necesarias para adaptarse a estos cambios. Esta afirmación cobra especial importancia para las personas con discapacidad, ya que de acuerdo con los datos de la Dirección del Trabajo de septiembre de 2020, gran parte de las funciones que están cumpliendo los trabajadores contratados bajo la Ley de Inclusión Laboral poseen un alto de riesgo de ser automatizadas en los próximos años (aseo, cocina, maestro, operario obrero, entre otras).

La concentración de este colectivo en estas actividades responde, en parte, a la falta de acceso a oportunidades educativas que les permitiría potenciar su empleabilidad.

Según el II Estudio Nacional de la Discapacidad, en nuestro país sólo el 9,2% de las personas con discapacidad cuenta con educación superior completa, mientras que esta cifra asciende al 20% para personas sin discapacidad. Por otro lado, se ha llegado al consenso de que el actual sistema de capacitación y formación nacional no posee las herramientas para abordar los desafíos que impone la cuarta revolución industrial.

Tomando en cuenta estos elementos, hacemos un llamado a los diferentes actores involucrados en la inclusión laboral de personas con discapacidad (sector público, sector privado, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil) para desarrollar una estrategia de capacitación y formación inclusiva, que esté orientada a desarrollar las habilidades que serán cada vez más demandadas, como las competencias digitales, la adaptabilidad, la creatividad y la innovación. De esta forma, podremos asegurarnos de que nadie quede atrás de los cambios que nos aproximan en términos laborales.

Carola Rubia, directora ejecutiva

de la Fundación Descúbreme

70 años | 22 de diciembre de 1950

Pedro Bustamante seguirá liderando a Tricolor

El Club Tricolor de Puerto Montt cambió su directiva. Sin embargo, la presidencia seguirá en manos de Pedro Bustamante, quien sumará 13 años seguidos como timonel de la institución. En esta oportunidad, será acompañado, entre otros, por Francisco Cárdenas (vicepresidente) y Abraham Cárdenas (tesorero).

20 años | 22 de diciembre de 1950

Reúnen mil regalos a niños de Las Camelias

Hoy concluye la campaña de los mil juguetes para los niños del campamento Las Camelias, los que recibirán sus regalos en un megaespectáculo que incluirá la presencia del Viejo Pascuero. La actividad es organizada por la unidad pastoral del sector, el canal 32 y la Iglesia Adonay, quienes buscan dar una alegría a los más pequeños.

10 años | 22 de diciembre de 1950

Caso Haeger: a seis meses de deceso, no hay avances

Cuando se cumplen seis meses de la muerte de la contadora puertovarina Viviana Haeger, familiares insisten en descartar la tesis de un suicidio. Una hermana de la mujer criticó un exceso de hermetismo en la causa, sin resultados concretos. Haeger estuvo desaparecida durante 42 días, hasta que su cuerpo fue hallado en su casa.

Buena parte de los llamados a las medidas de autocuidado que se han hecho para prevenir el contagio de covid-19 se han concentrado, y con justa razón, en la población. En los ciudadanos de a pie ha estado, desde marzo en adelante, la clave para frenar la curva de contagios y evitar, de ese modo, el tan temido colapso de la red sanitaria que se evidenció en algunos países europeos en el primer semestre de este año. Y ahora que aparentemente se está a las puertas de la segunda ola, y mientras una nueva cepa en Gran Bretaña empieza a imponer nuevas restricciones de ingreso en varias latitudes, tal exhortación se hace aún más imperiosa: mientras no llegue ni se aplique la vacuna al punto de lograr la inmunidad de rebaño, la única receta posible pasa por el uso de mascarilla, el lavado frecuente de manos y el distanciamiento social (o físico, como se está pregonando ahora).

En este contexto, las escenas que se han visto en los últimos días en Puerto Montt poco ayudan a la estrategia sanitaria. Las extensas filas en las afueras de los malls, en la calle Antonio Varas y en los alrededores de las cajas de compensación, lamentablemente, hacen prever una nueva escalada de contagios que se hará sentir en enero, más aún si el propio seremi de Salud, en entrevista con El Llanquihue, afirmó el domingo pasado que en esta zona ya está empezando la segunda ola.

Aun así, por más que se pida compromiso y conciencia a la ciudadanía, habrá de admitirse que quienes ejercen cargos de autoridad poco han contribuido en la sensación de urgencia que se debe tener: las imágenes de autoridades circulando sin mascarilla en la vía pública o viajando adonde no corresponde, son señales equívocas, igual que impensables actividades navideñas organizadas por el municipio de Puerto Montt que se realizan durante el horario del toque de queda y con el riesgo evidente de más aglomeraciones.

Cada una de las autoridades del país debería tomar conciencia de su rol y asumir que las acciones tienen que acompañar a las palabras. De lo contrario, el discurso será totalmente inefectivo y el curso de acción tendrá que ser diferente.