Familiares de tres náufragos se lamentan por nulo avance
BÚSQUEDA. A casi cuatro meses de la desaparición, cercanos a pescadores reclaman falta de ayuda directa y escaso avance en los rastreos en altamar.
Las fiestas de fin de año más amargas de sus vidas pasarán los familiares de los tres náufragos de la lancha a motor Katrina, que hoy cumplen cinco meses desaparecidos. Y no solo por la incertidumbre sobre su paradero, tras el hundimiento de la nave en el golfo Corcovado, sino también por el nulo apoyo que, según ellos, han tenido últimamente.
Cuando regresaban de una faena de extracción del erizo, zozobró la embarcación de Juan Legue Choncha (30), Adán Almonacid Díaz (35) y Jaime Veloso Hernández (43). Las primeras tres semanas se realizaron operativos de rastreo por parte de la Armada y particulares. Hasta 30 lanchas se desplazaron en algunas jornadas en busca de los quelloninos. Luego, las salidas fueron esporádicas y desde mediados de septiembre, casi nulas. Incluso, la única pista que se mantiene no ha podido ser corroborada por falta de recursos. Se trata de los elementos de interés descubiertos por el buque oceanográfico Cabo de Hornos hace 103 días.
"Todavía estamos esperando por los robots, hemos realizado gestiones con una empresa (salmonera) que pondría una embarcación y una máquina para explorar a 100 metros de profundidad. Aunque sabemos que no es suficiente para analizar los rastros que marcó el Cabo de Hornos, igual puede servir", indicó Elizabeth Concha, madre de Juan Legue.
La vecina insistió en que esperan por el respaldo de la empresa privada y autoridades. "Por ahora estamos solos, no recibimos ayuda", confesó.
Baldomero Almonacid, padre de Adán, mencionó que "nadie quiere pasar un robot, pese a los llamados que hemos realizado. Sabemos que salen como $5 millones la hora, algo que no podemos pagar, por eso pedimos que nos cooperen y podamos seguir con el rastreo, ya que sin plata no se puede hacer nada acá".
Nicole Leuquén, quien fue criada por Jaime Veloso, insistió en estas barreras económicas, que parecen insalvables más allá de los esfuerzos personales que han realizado por encontrar respuestas.
Asimismo, la isleña remarcó que uno de los puntos que más dolor les genera es no tener claro cómo sucedió el siniestro que terminó con el hundimiento de la nave.
"Las dudas nos tienen mal, no sabemos cómo fue el accidente, no se encontró ningún rastro, salvo unos bidones de petróleo. Todo esto genera mucha incertidumbre... mi marido también trabaja en el mar y con esto no sé si volverá, está toda esta inseguridad", expresó. Mientras los cercanos a las víctimas no claudican en sus intenciones por retomar la exploración submarina, la investigación de la causa se mantiene vigente.
Así lo señaló la fiscal jefa de Quellón, Karyn Alegría, quien consignó que se aguarda por los informes de la Policía de Investigaciones y por nuevas pericias."Esperamos la toma de muestras a los familiares de los náufragos para ingresarlas al CoDIS (Sistemas de Índice Combinado de ADN, por sus siglas en inglés), pero ya la investigación está afinada y estamos en las etapas posteriores. Eso no significa que se va a cerrar, se están analizando todos los antecedentes", especificó la persecutora.
Dentro de las últimas pesquisas se encuentran unas declaraciones vinculadas tanto a eventuales testigos del siniestro, como cercanos a los afectados.
22 de julio la lancha venía de regreso con carga de erizos. Se hundió en el camino.