Consecuencias del cambio climático
No sólo los gobiernos tienen un rol que cumplir para reducir la contaminación, también cada ciudadano puede contribuir. En el caso de Chile, un paso relevante ha sido la decisión de cerrar por etapas las centrales termoeléctricas y la mayor apuesta por energías renovables.
Se cumplen cinco años del Acuerdo de París en el que los países se comprometieron a impulsar medidas para reducir el cambio climático. A pesar de que ha habido confinamientos en muchas ciudades del mundo por la pandemia, la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera no disminuyó este año, y se mantiene el nivel récord alcanzado en 2019, según cifras del Boletín Anual de la Organización Meteorológica Mundial.
Quizás como nunca nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud, los que tienen un origen antropogénico, vale decir, causados por el hombre y no situaciones distintas, como las explosiones de súper volcanes o caída de meteoritos, como tantas veces ocurrió en millones de años. Ya está bastante socializado que el daño causado a la Tierra es mayúsculo. Aguas y territorios contaminados, más enormes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen al planeta en un cambio con insospechadas consecuencias.
El aumento de las temperaturas es un efecto de ello, pero también una causa para otros sucesivos golpes de conclusiones apenas percibidos: cambios en el mar, probable desaparición o mutación de numerosas especies y modificaciones de la geografía, aspectos que ya han sido detallados en numerosa bibliografía científica.
Chile es un país pequeño e influye poco en esta realidad, pero está haciendo lo suyo, en especial en el sector energético, donde en un plan por etapas se están cerrando las plantas generadoras termoeléctricas a carbón, junto con desarrollar energías renovables no convencionales, especialmente las solares. Hay un compromiso de electrificación del transporte público antes de 2040 y la reforestación y protección de los bosques para alcanzar la carbono neutralidad antes de 2050. Más allá de los grandes tópicos medioambientales, existen aquellos más particulares y domésticos, pero no por ello menos importantes, confinados a las comunidades, en las que la conciencia ecológica es escasa o tal vez no existe. Es importante tomar conciencia del problema y asumir compromisos individuales y colectivos que garanticen la vida de las personas y del planeta.