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es algo esencial a la hora del ingreso a clases.
También precisan que disponen de mascarillas y alcohol gel y de todos los implementos que aseguren un constante ejercicio sanitario.
Los apoderados, en tanto, también siguen de cerca la ejecución de este proceso y presentan algunos reparos a su desarrollo.
Marcelo Cárdenas, presidente de la Federación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares y Subvencionados (Fide de apoderados), reconoce que no están de acuerdo con el retorno a clases presenciales durante el presente año.
Sin embargo, plantea que si los colegios presentaron sus protocolos y fueron autorizados por los ministerios de Salud y de Educación y adoptaron todos los resguardos necesarios, entonces la responsabilidad queda en manos de cada sostenedor y de los padres y apoderados que decidieron enviar a sus hijos aún sabiendo que existe un riesgo alto de contagio.
De hecho, la mirada de los apoderados ha sido fundamental en este proceso, aspecto en el que coinciden las autoridades educativas de los colegios que han retornado con algunos cursos.
Experiencia
Caroll Mc Coll, rectora del Colegio Patagonia Puerto Varas, destaca que la vuelta a clases ha sido una experiencia "muy positiva" y que tal y como lo establece la normativa se ha dado de forma gradual, voluntaria y progresiva.
Y es que como señala Mario Benítez, secretario académico del Colegio Germania de Puerto Varas, los estudiantes que, por ejemplo, viven con sus abuelitos no volvieron y siguieron con sus clases bajo la modalidad online.
En la misma línea, Faustino Villagra, rector del Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas, resalta que "hay un voto enorme de confianza de las familias, ya que esto se hizo con ellos y no obedeció a la determinación de un equipo directivo, sino que fue una decisión conjunta de cerrar el año escolar de forma presencial con un grupo de alumnos, que, en este caso corresponde a los cuartos medios. Todos hemos sido muy responsables".
Sebastián Urra, coordinador del segundo ciclo del Colegio Terravida de Puerto Varas, valora la forma en la que han ido trabajando y superando los miedos, tarea en que la comunicación ha sido fundamental.
"Es aprender a vivir con protocolos de distanciamiento, de uso de mascarillas y de estar a dos metros de distancia en el patio", sostiene.
Con Sebastián Urra, coincide Gabriel Jordán, quien comenta que tras dos meses de producido el retorno, todos los miedos de los profesores y de las familias se fueron disipando y, por lo mismo, en su primer análisis reflexiona en torno a "qué bueno que seamos capaces de salirnos de la coyuntura, de los miedos, de la opinología comunicacional y tomar conciencia de que tenemos que ser responsables y actores del tiempo que nos toca vivir y actuar a conciencia para que los niños tengan mejores oportunidades de desarrollarse cognitiva y emocionalmente".