Yenny Álvarez

Un sentido llamado a la comunidad a respetar las medidas sanitarias para evitar la propagación del covid-19, realizaron varias emprendedoras gastronómicas de Puerto Montt, en entrevista con Diario El Llanquihue.

Lo anterior, luego que el Ministerio de Salud informara que la capital regional avanza a contar de mañana lunes 7 de diciembre al paso 2 de Transición en el Plan Paso a paso, luego de mantenerse en paso 1 de Cuarentena por más de cuatro meses, desde el 29 de julio.

Actualmente las empresarias viven dificultades para continuar con sus negocios debido a la prohibición de atender público y por ello ven con cautela el anuncio. Temen que una salida en masa de la ciudadanía pudiera llevar a Puerto Montt de nuevo a la cuarentena, evitando su avance al paso 3 de Preparación, la única opción que les permitiría abrir sus puertas a público y comenzar a trabajar para poner en pie sus golpeadas economías sin depender del delivery.

Alejandra Ríos, una de las dueñas del restorán "La Rinconada", ubicado a metros del Terminal de Buses, el cual está cerrado desde marzo, señaló: "Las cuarentenas sirven muy poco, creo que es un tema de educación. Si yo veo que una persona está sin mascarilla, por lo menos decirle 'mira ¿sabes qué? Pónte la mascarilla y lávate las manos. No es solamente por ti, es por tu familia, es por el que está al lado'. Entonces esta es una tarea que nos convoca a todos los ciudadanos".

En la misma línea, Rosa González, presidenta de los locatarios de Angelmó y dueña del restorán "Aurora de Doña Rosa", realiza un llamado a "que todos los puertomontinos seamos responsables para poder pasar luego a fase 3 y no retroceder, porque si yo soy responsable conmigo, soy responsable con los demás. Lo importante sería que la gente no empiece a salir. Yo sé que estamos todos estresados, donde se ha estado confinadom pero hay que ser responsables", enfatizó.

Opciones de atención

Una opinión menos entusiasta tiene Adela Cahuas, dueña del restorán "El Rincón de Adela", ubicado en la esquina de las calles San Martín con Urmeneta, en pleno centro de Puerto Montt, el cual pese a que se encuentra funcionando con delivery, ha visto caer sus ventas en un 90%.

Para ella el avance en el plan Paso a Paso no es significativo porque "la diferencia para los restoranes entre la etapa 1 y la etapa 2 es que de lunes a viernes no debemos sacar permiso para trabajar y sábado y domingo tenemos que tener los permisos colectivos igual. Entonces esa es la única diferencia. No podemos atender público, no podemos atender terrazas, no podemos hacer nada. Siendo un giro esencial la alimentación, no podemos trabajar como corresponde", reclama.

Al mismo tiempo plantea que los gastronómicos podrían trabajar en sus terrazas porque el aforo va a ser menor que, por ejemplo, en los malls, donde va a circular mucha gente, sobre todo cuando se aproxima navidad. "La gente se va a agolpar a hacer sus compras en las calles, en los centros comerciales, pero nosotros debemos permanecer cerrados aún cuando podemos implementar medidas que permitan atender con un aforo dentro de lo normalmente aceptado", afirmó.

Los créditos vencen

Las tres empresarias confidenciaron haber hecho los mayores esfuerzos por continuar con sus equipos de trabajo.

En el caso de Angélica Ríos dice que sus trabajadores se han mantenido con el seguro de cesantía y también tiene dos jubiladas que han podido sostenerse con sus pensiones. "Hemos hecho un esfuerzo supremo para poder pagar las cotizaciones", reconoce.

En el caso de Adela Cahuas y Rosa González, dichos pagos los han realizado con créditos bancarios con aval del Estado, los cuales en este mes de diciembre deberían comenzar a pagar.

"Hablé con mi banco para ver si me pueden aplazar seis meses más, todavía no me dan la respuesta, entonces es de no dormir, es difícil", reveló Adela Cahuas, mientras que Rosa González comenta "no tengo ni un solo peso para la primera cuota, pero bueno tendré que ir al banco a ver si acaso nos dan un plazo". Sin embargo, pese a que el aforo las restrinja, las emprendedoras están preparando sus locales para reabrir. "No va a ser lo mismo, pero por lo menos vamos a poder atender a nuestro público", dice Angélica Ríos. "Prefiero tener las mesas que me digan, pero vender algo a no tener nada", concluye Rosa.

"No podemos atender público, no podemos atender terrazas, no podemos hacer nada. Siendo un giro esencial la alimentación, no podemos trabajar como corresponde".

Adela Cahuas, dueña restorán Rincón de Adela

Durante meses y semanas, todos los días, los sureños, pero los puertomontinos en particular, estábamos atentos a las noticias, más aún a nuestros propios celulares, en que algún amigo o conocido nos hacía llegar el reporte diario del número de contagiados por el covid- 19, que envía diariamente el Minsal. La verdad es que esos números no significaban mucho más, excepto el poder contrastarlos con las cifras del día anterior y del antepenúltimo.

No nos interesaba particularmente conocer otros datos, tal vez más relevantes, como las camas UCI o UTI disponibles, o el número de ventiladores o respiradores mecánicos que aún estaban a disposición de los pacientes más críticos en nuestros hospitales. Sólo estábamos preocupados de conocer cuál era ese famoso número mágico que permitiría a la autoridad de salud, levantar de una vez por todas este largo confinamiento que Puerto Montt tenía desde julio.

Y el jueves, sin grandes variaciones en esos números, para ser sinceros, por fin, con el poder que le otorga la ley en estos tiempos excepcionales, el ministro de Salud informó que no tendremos más cuarentena a partir del 7 de diciembre. Se sintió el alivio y la alegría en toda la ciudad. Por fin.

En definitiva, al final, todo depende de lo que el Ministerio de Salud decida o resuelva. Allí está el poder. Pero para poder seguir avanzando, para poder ir retomando de a poco nuestra normalidad, para que nuestros comerciantes vuelvan a abrir sus locales, para que las personas retomen sus lazos familiares, viene la tarea más difícil. Ser tremendamente rigurosos y disciplinados. Y esa sí que es una tarea de cada uno de nosotros.

Es el momento de las personas. No podemos volver atrás. Ha sido todo demasiado doloroso. Porque los sureños, nunca se habrían imaginado estar encerrados, porque vivir acá es sinónimo de libertad.

Pero los que tienen la principal responsabilidad sobre sus hombros son nuestras autoridades, todos ellos, sin excepción de nadie. Es verdad que cada cual en lo suyo, cada uno con sus competencias y atribuciones, pero ahora debiera venir el tiempo de la cooperación, de la colaboración, de la conducción.

No son tiempos para disputas pequeñas, para egos intrascendentes, porque la gente espera mucho de ellos. Una ciudadanía que está profundamente agotada, frustrada y cansada por este largo confinamiento, y también, en muchos casos, más pobres que antes.

Entonces, esta es la hora. Tenemos más información que ninguna generación ha tenido antes en la historia. Nunca el ser humano ha dispuesto de tan maravillosas tecnologías para abordar una pandemia de esta magnitud. Sabemos lo que ha funcionado mejor o peor en otras latitudes. Ya sabemos lo que debiéramos hacer. Entonces, dependerá que las, autoridades, trabajen por fin, como un solo equipo, para señalar un mejor camino y destino a los habitantes de la región.

Alguien podrá decir que eso es demasiado obvio. Pero la realidad al parecer nos demostrado algo muy diferente. Deben informar y comunicar mejor, día tras día informar adecuadamente. Y en esto, al que le cabe la responsabilidad mayor,qué duda cabe, es al intendente de la región.

Hardy Knittel