Subsidio para la habitabilidad rural
El programa del Ministerio de Vivienda asoma como una oportunidad de llevar dignidad a las familias que viven en el campo. Habrá $5 mil millones disponibles para que las familias de la región puedan mejorar sus viviendas o bien realizar obras conexas.
Con el propósito de mejorar la habitabilidad de las viviendas repartidas en los sectores campesinos de todo el país, el Gobierno dio inicio al proceso de postulación al subsidio rural, con un fondo que a nivel nacional considera la inversión de $39 mil millones, de los cuales una fracción nada despreciable, $5 mil millones, se destinarán a las comunas de la Región de Los Lagos que, como se sabe, cuenta con extensas áreas de ruralidad que además de las dificultades de casas de antigua data, sufren también de visibles carencias en cuanto a conectividad y acceso oportuno y de calidad a servicios básicos. Las platas anunciadas por el Ministerio de Vivienda forman parte del Programa de Habitabilidad Rural, que además del reacondicionamiento en las propias casas, permite también la construcción o mejoramiento de equipamiento complementario, como bodegas, galpones, accesos o talleres.
Este subsidio viene a dignificar la esforzada vida de quienes viven en las zonas rurales; y como efecto indirecto debiese ayudar a desincentivar la migración campo-ciudad que se realiza desde hace décadas en el país, despoblando amplias y ricas áreas y, colateralmente, tensionando la capacidad de los centros urbanos para absorber a los nuevos habitantes en las condiciones de dignidad y oportunidades que se merecen. Los censos que se efectúan regularmente en el país han demostrado que esta tendencia va en franca alza, y aunque el surgimiento del teletrabajo producto de la pandemia ha otorgado cierta sensación de aires de cambio, lo cierto es que, hoy por hoy, las ciudades siguen siendo un imán engañoso para muchísimas familias.
El subsidio de habitabilidad rural, en este escenario, aparece como una herramienta de política pública que favorece la permanencia de las familias en las zonas rurales, llevándoles mayor calidad de vida mediante mejoras propias del inmueble, obras conexas e incluso la instalación de obras de eficiencia energética, como sistemas solares térmicos o paneles fotovoltaicos. Lo que le corresponde ahora a la autoridad es difundir lo mejor posible el programa para favorecer las postulaciones de los interesados.