Corte de internet en el sur del país
La conectividad digital es hoy mucho más importante de lo que ya era antes de la pandemia. De ahí lo relevante de saber qué es lo que ocurrió el martes.
Si hasta antes de la pandemia una interrupción generalizada de internet en parte del país ya podía ser un problema mayúsculo, las condiciones de confinamiento, teletrabajo y auge del comercio electrónico que ha impuesto la pandemia, desde marzo pasado, han colocado a la disponibilidad de acceso constante y regular a la red como una materia en extremo sensible para el funcionamiento de la economía. Este nuevo escenario lo palparon en primera persona los 108 mil clientes de los servicios de internet que entre la tarde y noche del martes, y madrugada del miércoles, sufrieron un extenso corte de internet desde la Región de Los Ríos hacia el sur, con un impacto de mayor magnitud en la Región de Los Lagos, donde las 30 comunas vieron alterada sustancialmente su conectividad a la red global.
Durante seis horas y media, los clientes de las compañías Telsur, Movistar y Wom se quedaron sin acceso a internet, y quienes ocasionalmente lo recuperaban, era en condiciones tan deficientes que no permitía la velocidad acostumbrada para las operaciones que se realizan. De las escasas informaciones que han entregado las empresas proveedoras (se extraña una mayor transparencia en este rubro cuando ocurre este tipo de emergencias), la causa de esta interrupción estuvo en la acción de terceras personas que provocaron cortes en tres puntos distintos del sur: Paillaco, San Pablo y Osorno. De hecho, en un momento se habló de "actos vandálicos", sin que el regulador o las propias empresas hayan dado mayores luces sobre esto.
Desde la Seremi de Transportes y Telecomunicaciones se ha asegurado que las proveedoras deberán concurrir con compensaciones a los clientes afectados, luego de un proceso administrativo que no debería prolongarse más allá de uno o dos meses, mientras que desde el Sernac no ha habido todavía algún tipo de pronunciamiento. Así y todo, tan importantes como la entrega de estas compensaciones es que la opinión pública conozca qué es lo que pasó el martes, en particular para dimensionar qué tan frágil puede ser ahora un servicio que en estos meses de pandemia se ha instalado en el pináculo de las necesidades del hogar y de las empresas.