Mala señal de internet
Numerosos barrios de Puerto Montt han reportado problemas para lograr una conectividad acorde a la que tienen contratada. Las compañías de telecomunicaciones son las que han acumulado mayor cantidad de reclamos en el país por mal servicio desde marzo.
Dentro de las múltiples modificaciones de la vida diaria a las que obligó la pandemia desde que se instaló en el país en marzo pasado, la demanda por una mejor calidad en la señal de internet se ha convertido en una de las más transversales, debido a la mayor permanencia de niños, jóvenes y adultos en prácticamente todos los hogares. Las clases on line en colegios y establecimientos de educación superior, además del teletrabajo que tuvieron que adoptar amplios contingentes de trabajadores, derivó en un incremento de la demanda en la transmisión de datos que las compañías de telecomunicaciones no han podido satisfacer, al punto que el sector se ha convertido en el que registra mayor cantidad de reclamos por mal servicio en todo el territorio nacional.
Puerto Montt no ha estado ajeno a esta realidad. Desde numerosos barrios de la ciudad se han reportado quejas por una débil señal de internet, en particular en las horas de mayor actividad en las casas. Según las cifras del Servicio Nacional del Consumidor, los reclamos recibidos en sus oficinas han crecido un 75% en la región desde marzo a la fecha, constituyéndose en el tercer rubro en este indecoroso listado. En Panitao Alto, Valle Volcanes y Puerta Sur, junto con los sectores rurales, se concentran, según los vecinos, la mayor cantidad de fallas de señal para una navegación correcta y oportuna en la web.
Si bien el aumento de la demanda pudo haber sorprendido sin preparación a las compañías proveedoras en marzo, han transcurrido ya cinco meses para la adopción de planes y concreción de inversiones que le den garantías a los clientes. Cada uno de los hogares contrató un plan que muchas veces no se cumple porque se "sobrevende" la capacidad de la red en el barrio, provocando atascos que terminan perjudicando a quienes estudian, trabajan o simplemente se entretienen.
Así como muchos sectores productivos han tenido que ajustar su operación en función de las necesidades de la pandemia, lo mismo deberían hacer las empresas de internet, que hasta ahora, francamente, han estado al debe.