Proyectando lo que en algún tiempo más debiera ocurrir, cuando comience a bajar la intensidad de la pandemia y, con ello, la gente esté en condiciones para recuperar en parte las actividades que ya llevan dos meses y medio postergadas, el Gobierno hizo público el "Protocolo de manejo y prevención ante covid-19 en restaurantes, cafés y otros establecimientos análogos", donde se entregan las directrices para que la actividad gastronómica, muy intensiva en mano de obra, esté en condiciones de atender público y, a la vez, garantice las condiciones sanitarias anti covid-19 que demandará el futuro inmediato. Para la zona de Puerto Montt y Puerto Varas, escenario de una pujante actividad turística, tal protocolo es de particular relevancia debido a los numerosos locales gastronómicos que buscan satisfacer las necesidades de la población local y visitante.

El protocolo, que pretende funcionar como guía para que los propietarios de los locales puedan volver a abrir cuando las condiciones sanitarias lo permitan, contiene, no obstante, una serie de exigencias que se harán muy difíciles de cumplir para aquellos cafés y restaurantes de menor tamaño, que los hay varios de ellos en Puerto Montt y Puerto Varas. La sola obligación de contar con entradas y salidas segregadas de comensales, además de una distribución más espaciada de mesas y sillas para cumplir con el distanciamiento social, representa inversiones cuantiosas para los locales más pequeños y, en algunos casos, incluso impracticable de materializar desde la variable únicamente espacial.

Por cierto, el protocolo de apertura se hace cargo del nuevo escenario de un mundo gobernado por el temor al coronavirus. Junto con ello, de seguro habrá numerosos cambios en una serie de otras áreas del quehacer, como la educacional, la laboral y la deportiva. Será una de las tantas maneras para evitar el contagio de un virus que aún sigue sorprendiendo. Aun así, es fundamental que el Gobierno comprenda procure también la protección para los emprendedores más vulnerables en la transición que se avecina.

El Gobierno está realizando un importante esfuerzo a través de una nueva agenda social y una nueva agenda de reactivación económica (US$ 16,7 mil millones), para mantener la economía nacional en marcha y velar por el financiamiento de las familias del país, medidas importantes para todos los sectores y nuestro núcleo familiar.

Pero sabemos que el Estado no puede solo, y que una vez finalizada la crisis será fundamental devolver el bienestar social a cada uno de los chilenos, por lo que la reactivación económica se hace un imperativo ético, el cual se puede comenzar a trabajar hoy para implementarlo con celeridad cuando llegue el momento.

Para esto es fundamental retomar las confianzas e impulsar el retorno de la inversión, por lo que es necesario contar con una institucionalidad que dé ciertas libertades en las decisiones de mercado y aumentar la demanda.

Es aquí donde la construcción juega un papel importante, ya que representa el 8% del PIB nacional y genera cerca de 750.000 puestos de trabajo a lo largo de nuestro país. Es por esto que como Cámara Chilena de la Construcción estamos trabajando en propuestas de reactivación que apunten a movilizar la economía, recuperar y generar empleo, pero también que permitan mejorar la calidad de vida de las personas.

Como ejemplo consideramos que será fundamental invertir en infraestructura pública, la cual ayuda a aumentar la productividad de los distintos sectores económicos; ampliar la oferta hídrica del país tan importante hoy en día frente a la sequía que nos aqueja; más y mejor vialidad urbana, la cual permite construir mejores ciudades y mejorar el bienestar de las personas y familias.

Por otro lado, será primordial disminuir el déficit habitacional a través de la inversión en viviendas públicas y privadas; resolver los problemas de cobertura sanitaria, llevar la ciudad a zonas deficitarias, etc. Esto pasa también por generar incentivos a la demanda, formando buenas oportunidades de inversión, y a la oferta; y apoyando a las empresas que están dispuestas a invertir.

Nos queda mucho por hacer, pero para que todo esto sea posible debemos comenzar hoy a forjar ese camino, mantener a nuestras empresas funcionando y asegurar las condiciones necesarias para que la inversión se realice de manera rápida, eficiente y efectiva. Sólo así lograremos mejorar la calidad de vida de las familias una vez terminada la emergencia.

Vivian Pinilla, presidenta

de la CChC de Puerto Montt

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