Los desafíos de la orquesta infantil del Combas en medio de la pandemia
PUERTO VARAS. Problemas de conexión y falta de interacción en persona con los profesores, son los factores que más complejizan las clases de los jóvenes músicos.
Un proyecto que comenzó en 2018, y que desde entonces se ha estado realizando en el Conservatorio Música y Bellas Artes del Sur (Combas), hoy enfrenta el desafío de seguir con los ensayos en medio de la pandemia. Si bien, las clases han continuado, inconvenientes como la conexión a internet o la poca interacción directa con los profesores, han creado complicaciones para el aprendizaje de los niños.
"Las dificultades son sobre todo del tipo técnico. Yo creo que cada estudiante tiene que entender que cada posible problema que nosotros enfrentemos -en cualquier aspecto de la vida- puede ser una oportunidad para crecer, para desarrollarse en otros ámbitos. Lo vemos así, acá", dice Jean Paul Harb, director del Combas.
Harb, quien también es profesor de piano, comenta: "A veces sí, hay desmotivación, tanto en los alumnos como en los maestros, ya que es un poco difícil conectar a través de una cámara. Sin embargo, creo que hemos intentado incorporar nuevas actividades, sacarle provecho a las redes de comunicación, al material que está dispuesto en distintas plataformas, y también, no dejar de hacer cosas, o sea, estamos organizando conciertos de estudiantes, transmisiones en vivo, y cosas que motivan y permiten que los niños y jóvenes sigan compartiendo la música, teniendo objetivos". "La motivación y desmotivación van a fluctuar en este periodo, pero hay que permanecer al frente, fuerte, y esta contingencia nos va a ayudar en eso", sostiene el encargado.
Pequeños artistas
Y esto los niños lo han recepcionado de buena forma, ya que, al consultar por su experiencia, para todos ha sido positiva, aún con las dificultades. Para Magdalena Flores, una de las participantes, la posibilidad de pertenecer a la agrupación "ha sido entretenida". "He conocido gente y toco violín", comenta la pequeña artista, oriunda de La Serena, que hoy reside en Puerto Varas.
Nathalia Petit, es otra de las alumnas de violín, lo más complicado ha sido la distancia con su maestro. "Echo de menos a mi profesora y al profesor Jean Paul, también tocar con mis compañeros", confiesa la violinista venezolana de 7 años.
En el caso de Kathalina Egaña, la dificultad ha estado en la conexión por internet, además de no contar con un instrumento en su hogar. "Quisiera tener mi contrabajo para estudiar en casa. Extraño tocar, tengo muchas gana de volver a la orquesta", señala la santiaguina de 10 años, que también llegó hace un tiempo a la ciudad lacustre.
"Nosotros pensamos que la única manera de poder seguir en pie, es mantenernos abiertos y ser completamente flexibles y adaptables a lo que sucede, porque el panorama es incierto y no se sabe mucho del virus, porque siempre hay informaciones diferentes, por lo tanto, no nos queremos hacer expectativas ni proyectar cosas a largo plazo, ya que todo puede cambiar en cualquier momento. Si esta pandemia pasa pronto, volveremos con clases, en cuanto podamos, pero mientras estamos adecuando todos nuestros cursos a la modalidad online", detalla Jean Paul Harb.
El profesor de piano apunta que "el proyecto no tiene fecha de término". "Espero que no termine y que sea el legado para las futuras generaciones, de todos los que trabajamos acá y ponemos esfuerzos incansables para preservar esto. Los avances han sido bastante buenos, más de lo que yo esperaba", destaca el artista y fundador del Combas.
35 a 40 estudiantes tiene la agrupación infantil, que en estos momentos funciona con clases teóricas y prácticas online.
2018 fue el año en que comenzó ó este proyecto que becó a todos sus alumnos, quienes comenzaron a principio de este 2020 con los cursos.
3 profesores los que están apoyando en las clases; Daniela Roa con violín, Felipe Inostroza con cello, y Jean Paul Harb en piano.