Alza en las cuentas de la luz
Este tiempo de crisis económica rampante demanda un amplio criterio y visión en cada una de las decisiones que afectan a la ciudadanía. Para salir de la crisis lo más indemnes posible, se requiere de señales que eviten cualquier asomo de indolencia o falta de previsión.
Desde que el planeta quedó sumido en una crisis inédita por su alcance global e incertidumbre, todas las señales importan. Desde la sencilla declaración de un funcionario medio, hasta las certezas que pretendan transmitir los más altos dignatarios y sus estrechos colaboradores; desde las decisiones que toman los grandes conglomerados económicos para capear la tormenta, hasta los mudos gritos de auxilios de emprendedores que solos no pueden contra la pandemia; desde la opinión de los expertos médicos que buscan desentrañar lo más rápido posible los misterios del covid-19, hasta los esforzados médicos de los lugares más inhóspitos que intentan calmar a los habitantes de esos pueblos recónditos.
Si esto no se tiene claro, ni se actúa en función de morigerar las consecuencias devastadoras que pueda tener tal o cual señal en la población, lo más probable es que la incertidumbre se incremente todavía más y que el costo lo paguen todos por igual. Tiempos de crisis demandan una gran claridad en la toma de decisiones, que muchas veces deben ir más allá de lo esperable en la configuración de los escenarios futuros.
En este sentido, centenares de familias de la región se han enfrentado a repentinas alzas en las cuentas del consumo eléctrico de sus hogares, en medio de una crisis económica galopante que se ha expresado en el alza del desempleo, en la reducción de los salarios y en las dudas acerca del tiempo en que se prolongará la recesión del coronavirus. Por más que existan explicaciones legales y que haya sido absolutamente razonable y prudente proteger al personal de la empresa que debía ir a leer los medidores (razón por la cual se recurrió al consumo promedio de los últimos meses para el cálculo de la facturación), era importante prever en forma oportuna cómo la población interpretaría esa señal, la de pagar una cuenta que tal vez no corresponde.
Las familias lo están pasando mal en el país. Se están enfrentando a una coyuntura de final impredecible que exige la mejor de las respuestas de todas las entidades, que deben actuar con la suficiente visión para evitar decisiones que aunque no tengan rendijas técnicas, puedan ser leídas como indolentes.