Peluquerías priorizan medidas sanitarias para atender clientela
PANDEMIA. La clientela ha bajado producto del miedo a los contagios de covid-19, pero con estrictas medidas de seguridad los salones de belleza siguen trabajando.
En el contexto de la pandemia por el coronavirus los negocios han tenido que adaptar sus formas de prestar servicios y vender productos. Los más golpeados han sido los que tienen un contacto estrecho con el cliente. Ese es el caso de los salones de belleza, que han comenzado a atender nuevamente, pero con extremas medidas de seguridad y restricciones.
La típica conversación entre peluquero y cliente se ha visto dificultada por el uso obligatorio de la mascarilla en todo momento. Antes los salones estaban llenos de gente y ahora solo atienden de uno en uno, exigen el uso de mascarilla, el lavado de manos, realizar los pagos vía transferencia electrónica y sanitizan los salones dos veces al día y, en algunos casos, entre clientas.
En la Peluquería Jorge Osses, de Puerto Montt, limpian todas las noches los peinadores, mesones y piso con amonio. Para ello tienen un difusor para facilitar esa tarea. El peluquero está trabajando solo y atendiendo a una persona a la vez. Cree que hoy la peluquería no es un lujo, sino que una necesidad, según se lo manifiestan sus clientas.
"Lo más peligroso de todo esto es cuando estoy peinando a la clienta con un secador. Entonces muchas me han pedido no secar. Yo dejé de hablar con ellas. Sin embargo, la peluquería es un momento de relajo y de conversar, incluso es más privado que en otros lugares, que se da mucho en una peluquería cuando uno tiene clientas de hace tanto tiempo", dice Osses.
Pocos clientes
El Salón de Belleza Ingrid Gallardo, de Puerto Montt, estuvo cerrado durante todo el mes de abril. Recientemente comenzaron a atender nuevamente a sus clientas solo con hora agendada y una o dos al día, para poder higienizar y hacer una limpieza profunda. Las clientas deben llegar solas, con mascarilla y lavarse las manos.
"Hemos tenido súper poco público porque las personas tienen miedo y quienes se atreven a venir es porque están acostumbrados a ir a la peluquería, para mantener su color y cortes de pelo, pero otros servicios nada", explica Ingrid Gallardo después de su retorno a la peluquería.
Con guantes
En la Sala de Belleza Francisco Vásquez, de Puerto Varas, la clienta de turno tiene que llegar con mascarilla y guantes. Cuando entran a la sala le pasan alcohol gel, quienes atienden también utilizan mascarillas y guantes, usan el servicio de transferencia para tener el menor contacto con la clienta y cuando se va sanitizan. Sólo después de eso llega la siguiente clienta. "Abrimos a fines de abril y con todas las medidas de seguridad, sanitizando, manteniendo un orden de las horas. Con todas las medidas de seguridad con mascarilla, guantes y pecheras. Las medidas sanitarias son lo primordial y siempre ha sido así dentro de la sala. Ahora hemos reforzado un poco más este tema, para que la gente tenga confianza de venir a donde nosotros", enfatiza Francisco Vásquez.
Horas libres
Patricio Consuegra, quien peinó en concursos de belleza como Miss Chile, Miss Universo y Mis Earth, actualmente trabaja a domicilio como peluquero independiente. Es un apasionado de la asesoría de imagen y considera que el cabello es un lienzo donde poder crear. Considera que las mujeres hoy están más empoderadas y ofrece horarios libres para aquellas clientas que no tienen mucho tiempo.
"Actualmente, por el covid-19, me dedico a técnicas más libres, que no obliguen a la clienta a atenderse todos los meses. Para la prevención de los contagios atiendo con mascarilla, de a un cliente, y realizo la desinfección total de los materiales. En estos tiempos el usuario requiere un trabajo más personalizado y en casa", explica.
" Yo dejé de hablar con las clientas. La peluquería es un momento de relajo y de conversar cosas, incluso mucho más privadas que lo que pasa en otros sitios"
Jorge Osses, Peluquero puertomontino.