"Seré un eterno agradecido de ese club, de su gente en esos siete años en la ciudad"
Un agradecido de siempre es Oscar Gualdoni (46), el arquero que defendiera durante cinco años la portería de Deportes Puerto Montt.
En el verano de 2019, el argentino recibió un impensado homenaje en el Estadio Bicentenario de Chinquihue, recinto en el que dejó una huella imborrable entre las la hinchada del club profesional más austral del país.
El "Nachi" se transformó en uno de los jugadores extranjeros más queridos de la institución, un ídolo que supo ganarse el cariño del respetable en cada presentación. No por nada fue el tercer guardametas que más encuentros disputó (157) con la albiverde, después de Alberto Torres (277) y Carlos Espinoza (197).
Cuando arribó a esta sureña ciudad, después de haber defendido los colores Defensores Unidos del país trasandino con los primeros dirigentes que tomó contacto fueron los hermanos Hugo y Lucio Niklitschek, Héctor Guzmán y Luis Villavicencio, quienes le dieron la bienvenida al club más sureño.
Desde su natal Lima (Zárate), cercano a Buenos Aires, pasa sus días, apoyando una empresa familiar, una panadería, en tiempos de pandemia y también extrañando el fútbol su pasión y además, agregando lo importante que fue Puerto Montt en su carrera deportiva. y en l que nació su primera hija Pilar
Inicio difícil
- ¿Cómo fue ese año del debut con Alicio Solalinde en la banca técnica?
-Los primeros meses fueron muy complicados porque no jugué; me dieron la oportunidad de jugar en Copa Chile ante Huachipato, ni en el banco estaba (antes) , así que los dos arcos estaban ocupados; incluso jugaba hasta de central, pero me tenía confianza de que todo podía cambiar. Después de un partido de Colo Colo, cuando me tocó reemplazar a Miguel Espinoza que era un gran amigo y referente de la institución.
Confiaron en mí, lo que me permitió defender el arco de Puerto Montt como titular, durante cuatro temporadas hasta el 2001 y en la Primera B en el 2002.
-¿Y qué le dejaron los entrenadores en tu permanencia en Chile?
-En cuanto a los técnicos que me dirigieron, como relataba antes, me costó al principio, pero después todos luchamos por lo mismo y todo se hizo más fácil, con Alicio Solalinde y Remigio Fernández en ese debut, después con Wladimir Bigorra, con Fernando Díaz y Sergio Nichiporuk. Con el que mayormente me entendí y alcancé mayor intimidad fue con Bigorra; en general, siempre tuve muy buenas relaciones con todos, pero con él logre aún mayor afinidad.
-¿Cuál fue a su juicio su mejor temporada?
- Recuerdo la del 2000, donde jugamos bien, con Juan Quiroga comandando el juego, con Sánchez, Pizarro que movían muy bien el balón. Ni hablar de la defensa; aunque los resultados no fueron los mejores, el equipo tenía una mística muy definida.
También el equipo del 1999 fue de los mejores en cuanto a nivel de jugadores, hicimos un tremendo campañón afuera, pero dentro de casa nos costaba mucho amarrar los partidos, con los paraguayos Meza y Arévalo, incluso fue llamado a la selección de su país. Fue un equipazo, pero no nos ayudó en el rendimiento de local, quizás podríamos haber incluso estado más arriba en la tabla.
En el 2001, llegaron varios de afuera, pero descendimos y bueno, en el 2002, faltando seis o siete fechas, íbamos casi últimos y terminamos saliendo campeones.
Cada equipo de los años que estuve allá, me hice de muchos amigos, mucha gente conocida y querida, pero en fin los vínculos eran muy buenos, también con chicos más jóvenes como Claudio Arriagada y el "Leo" Delgado con quienes charlamos mucho y que son personas que uno no olvida. Cuando voy a Puerto Montt me reúno con los que más puedo
Fue una experiencia maravillosa esos 5 años en Puerto Montt, por poder desarrollarme profesionalmente en el fútbol.
- ¿Y con la gente, ese hincha que los acompañaba?
- Es imposible olvidar el cariño de los puertomontinos, que todavía lo palpo. Es mi segundo hogar, algunos de los jugadores como mi familia y también tengo amigos fuera del fútbol. Hace poco falleció un amigo de allá, José Castro, con quien compartí, con su esposa Gloria; es un orgulloso de haber jugado allá en esa ciudad. Mucha gente aún se acuerda, a pesar de los años en que dejé esta profesión. Es un sentimiento muy grande que tengo con Puerto Montt, con temporadas inolvidables.
- La religión ha sido importante en su vida ¿Cuánto de ayudó en el fútbol?
- Por la parte de Dios, siempre lo he dicho. Yo conocí a Cristo meses antes de integrarme a Puerto Montt. Él cambio mi vida, ya que varios saben que estuve metido en la droga, en la noche, con un vacío enorme y al entregar a la Iglesia, ocurrió algo maravilloso en mí que me convirtió. Allá en Puerto Montt asistía a un pequeño templo bautista (Sion) en la que conocí a muchos hermanos, fue mi hogar.
Una vez que dejé el club me quedé un tiempo más en la ciudad, también recibiendo promesas de que iba a volver, pero que nunca se dieron.
- ¿Cómo has vivido estas jornadas de cuarentena?
- Tenía muchas ganas de viajar a Chile, ahora en invierno, pero las condiciones sanitarias no están dadas para salir. Se viene muy fea esta actual situación con el covid-19. Les envío un mensaje para todos se cuiden, porque este club es grande y merecer estar en Primera División.
" " Los primeros meses (1998) fueron muy complicados porque no jugué; me dieron la oportunidad de jugar en Copa Chile ante Huachipato, ni en el banco estaba" Yo conocí a Cristo antes de integrarme a Puerto Montt, cuando vivía una etapa muy oscura de mi vida. El cambió todo e incluso en la ciudad asistía a una pequeña iglesia".