En septiembre del año pasado, el Ministerio de Educación nos encomendó la importante labor de potenciar la Educación Media Técnico Profesional (EMTP) en la Región de Los Lagos, a través del proyecto Redes de Articulación "Futuro Técnico", para que, con una mirada sistémica y estratégica, se puedan definir líneas de acción funcionales que apunten a la modernización y mejora de la calidad de la EMTP. En una etapa de diagnóstico, nos reunimos con actores y autoridades locales, sensibilizando a los establecimientos educacionales y acudiendo a ellos para conocerlos profundamente respecto a con quiénes y de qué manera trabajan para poder diariamente ofrecer las mejores oportunidades para sus estudiantes. Vimos que la mayoría de los establecimientos desea reunirse con sus pares y crecer en su vinculación con otros actores relevantes en la educación TP, como empresas, Instituciones de Educación Superior y Organismos Públicos. Los equipos directivos apuestan a la innovación pedagógica y tecnológica para mejorar sus estándares, aun cuando reconocen que necesitan ayuda en la gestión de sus establecimientos y en sus estrategias de vinculación. Se logró identificar las brechas existentes en el acompañamiento, seguimiento y evaluación de las prácticas profesionales que habilitan a los estudiantes TP para poder insertarse laboralmente. Hoy, son 4.000 los estudiantes TP en prácticas profesionales en cada una de las 25 especialidades que se imparten en nuestra región. Desde ONG Canales, trabajamos para responder la interrogante ¿de qué manera la empresa y los gremios se hacen responsable de que sus futuros trabajadores reciban una educación de calidad desde la Enseñanza Media? Proyectos como estos, apoyadas por el Mineduc y con el desafío de ejecutar en las regiones de Aysén y Magallanes, pretenden fortalecer el rol formador de la empresa, en distintas instancias de vinculación con la educación TP. Creemos que iniciativas como la formación de trabajadores o "Maestros Guías" capacitados para asumir de mejor manera el trabajo con estudiantes en prácticas de las empresas, la formación de procesos de articulación con la Educación Superior y programas que fomenten la alternancia entre los liceos y el sector privado cimientan el camino a la formación de mejores técnicos y a un mejor país.
Un modelo de desarrollo para Chile
Desde la cultura y las artes pensar en la relevancia de nuestro sector es relativamente fácil. Estamos de acuerdo en que aumenta la calidad de vida, el pensamiento crítico, el encuentro social. La creatividad es quizás la gran característica que nos ha permitido avanzar en nuestra cadena evolutiva.
Y cuando enfrentamos una crisis que cuestiona los principales aspectos de la sociedad que hemos construido, esto cobra aún más sentido. La experiencia artístico-creativa es espacio de encuentro y roce entre las personas.
Ello es aún más atractivo considerando también que es un sector que genera capital humano especializado, apalanca inversión extranjera, es limpio, permite la movilidad social, fortalece el turismo y potencia la imagen país. Las industrias creativas habitan de forma dinámica el campo de la Economía Creativa y aún más; permiten diversificar nuestra matriz productiva desde una economía extractiva a una economía basada en la innovación y el conocimiento.
Todo esto desde Corfo lo hemos visto en el caso de Frutillar y su impacto en la región. Lo que se inició como una gesta artística y de educación, transforma un territorio en un espacio de acuerdos fértiles para el desarrollo de una economía basada en la creatividad y el talento. Poner a la creatividad en el centro de la estrategia permite dar un salto no menor; aplicando sus beneficios a otros sectores productivos y aumentando de forma exponencial su impacto.
Por ello desde Corfo hemos impulsado un proyecto que busca hacer sinergia entre la Economía Creativa y el Turismo en la Cuenca del Llanquihue, potenciando un turismo sostenible y generador de desarrollo cultural, económico y social. Pero lo que hay más de fondo, es un modelo que estamos observando e intentando replicar en el resto de nuestro país; un territorio que desde su identidad levanta cooperativamente un plan de desarrollo sostenible que incluye a sus comunidades, el respeto a su entorno natural y una vocación productiva compatible con lo anterior.
En un contexto nacional donde la ciudadanía pide a gritos repensar nuestro modelo de desarrollo, todo indica que este es un buen camino a seguir.
Que levante la mano ¿quién dijo yo?
Isidora Cabezón Papic.
Eduardo Carmona Jiménez.