La producción de alimentos a escala local, que permitan el desarrollo de emprendimientos, mejorar la calidad de vida de las personas y fortalecer la economía del entorno cercano, parece ser una tendencia que cada vez toma más fuerza en la región.
La elección por parte de los consumidores de verduras, frutas, miel y otros productos de origen natural, y más corto plazo la crisis de la Marea Roja (que hizo que los puertomontinos volvieran a poner los ojos en los productos que comercializan las ferias más allá de los pescados y mariscos), son algunos de los factores que han hecho que expertos locales analicen este fenómeno.
El economista y ex parlamentario, Carlos Ignacio Kuschel, explicó que nuestra región es una potencia alimentaria, y tiene una de las mejores horticulturas del mundo, la que se ha potenciado con la incorporación de invernaderos, y su producción -tras la inmigración del campo al urbe- se canaliza en los pequeños mercados y ferias instalados en las ciudades.
"Estos puntos son de gran importancia económica, ya que hay muchas familias rurales que dependen de las ventas que se tranzan en estos espacios", sostiene.
Sobre los beneficios de preferir productos de la zona para la economía , indica que "se vigoriza la circulación monetaria local, generando un eslabón para que los recursos no terminen en las cajas de las grandes cadenas del retail en de Santiago. Además, protegemos la continuidad de la producción local de alimentos".
Antigua teoría
Pero la idea de escoger las verduras locales no es nueva, aunque ha vuelto a instalarse en algunos grupos de consumidores en el último tiempo. Ya en el siglo XIX los economistas discutían al respecto.
"Esto es parte de una sofisticada tendencia global, que fue advertida en el siglo XIX por el economista alemán Johann Heinrich von Thünen, quien planteó que alrededor de las ciudades se conforman círculos concéntricos de abastecimiento, siendo el más inmediato el hortícola, que en Puerto Montt correspondería a isla Tenglo, Trapén, Las Quemas, entre otros sectores", sostiene Kuschel.
Rosa González, presidenta del sindicato de comerciantes de Angelmó, el principal mercado de Puerto Montt, dice que también ha observado este fenómeno. "Hemos visto más gente que llega a ofrecer verduras de la zona. Vienen de las islas y sectores cercanos con papas nativas, acelgas, lechugas, perejil, cilantro, zanahorias y ajos. Hay bastante gente que llega a comprarlas y las prefiere, tras la crisis de la Marea Roja y hemos visto como la gente vuelve a Angelmó, incluso a buscar pescados y mariscos", contó a El Llanquihue.
En Puerto Montt, 320 pequeños agricultores reciben apoyo en materias de desarrollo productivo, algunos de los cuales se dedican a la producción de hortalizas y también de miel de manera complementaria, según precisó Marcelo Hidalgo, subdirector de desarrollo económico local de la Municipalidad de Puerto Montt.
"Varios de ellos se han especializado en el cultivo bajo plástico, ello por las condiciones del clima de la zona. Durante la temporada de primavera y verano, se producen algunas verduras al aire libre que llegan hasta los mercados de Puerto Montt", detalló.
En el ámbito gourmet, la chef Claudia López, directora del área de Hotelería, Gastronomía y Turismo de Inacap Puerto Montt, explicó que cada vez es más frecuente que los hoteles y restaurantes del país pongan distancias límite al origen de los ingredientes que llegan a su cocina.
"Hay chefs que trabajan con productos de un radio de sólo 50 kilómetros, lo que permite conservar nuestra identidad gastronómica, proteger la variedad genética de las semillas y reducir las huellas de carbono. Es una muy buena iniciativa, pero el problema es que muchos productores no formalizan sus negocios", dijo.
Más saludables
Carmen Gloria Franco, nutricionista puertomontina que forma parte de la mesa directiva del gremio en la zona, advierte que los productos provenientes de los campos y huertos cercanos, ofrecen una alternativa más saludable que la de los supermercados.
"Las frutas y verduras que se cultivan en los huertos de las islas y campos de la zona están libres de pesticidas y preservantes. Se riegan con aguas naturales de lluvia o vertientes, incluso en los suelos muchas veces no se utilizan abonos, o se ocupan fertilizantes orgánicos y sus semillas no son manipuladas genéticamente", indica.
La profesional agregó que estos productos permiten retomar una alimentación libre de cualquier aditivo, como la que los humanos recibían antes de la era industrial. "Mientras más naturales sean, son más sanos, ya que en los últimos años se ha incrementado en importantes niveles la carga de preservantes y colorantes industriales en los alimentos", explicó la nutricionista.