Intentaron robar placa de plazoleta recién inaugurada en Puerto Varas
HISTORIA. Detrás del espacio recreativo público, entregado recién por las autoridades, hay toda una historia que puede conocerse en el Día del Patrimonio.
Vecinos lograron rescatar la placa de la recién inaugurada plazoleta "Juguetero Brintrup" en Puerto Varas, la que intentaron robar, sin lograr el objetivo, debido a la vigilancia de los propios lugareños.
El recién entregado espacio de recreación pública es la continuación de un programa de mejoramiento Quiero Mi Barrio, que se inició en octubre de 2014 con la inauguración de la primera parte, la plazoleta Edmundo Niklitschek, conectando ambas áreas a través de la calle Del Salvador.
De esta manera, se mejoró un área verde de 844 metros cuadrados, donde se invirtieron 75 millones de pesos para la instalación de 10 lámparas, asientos de madera, un tren de madera, bandejones de cemento para el paseo peatonal y la base de concreto para la instalación de tres placas identificatorias. Una fue instalada para su inauguración, efectuada la semana pasada y las otras dos quedaron pendientes. Pero, a menos de una semana el vandalismo quiso hacer de las suyas intentando robarla. Los vecinos frustraron la acción y la retiraron para su resguardo, siendo entregada ayer al municipio que lo reinstalará dentro de los próximos días.
Este sector, a la bajada de la Clínica Puerto Varas, conduce a la antigua línea ferroviaria y con el rescate del terreno, los beneficiados principales son los vecinos colindantes que se sentían molestos con los desórdenes de escolares por el lugar, muchas veces no respetando el descanso de gente adulta mayor. "Hoy es distinto, pasan muchas mamás para que los niños se entretengan con el tren", asegura Roberto Campistó, quien valoró la iniciativa.
Las únicas descendientes del fabricante, su esposa Gioconda Hertling y su hija Magaly Brintrup, han intentado mantener el patrimonio de Alejandro Brintrup, que desde Chillán llegó a trabajar un tema de genética a Puerto Octay. "Fue quien realizó los primeros experimentos que se hizo de la remolacha. Ahí conoció a mi mamá que estaba vacacionando desde Temuco, en Puerto". Luego, casado, se trasladó a Puerto Fonck y finalmente en marzo de 1960 se radicó en Puerto Varas, adquiriendo bodegas donde se guardaban maquinarias en calle Arturo Prat 284. "Aquí vivimos el terremoto y más tarde mi padre construyó la casa", cuenta Magaly, quien por algunos años vivió en Estados Unidos con su hermana Lilianett.
La idea de ambas hermanas es hacer un museo, pero no ha resultado. "Cuando mi hermana jubile quiere construir en Chile y ahí veremos qué pasa, pero la idea está ahí", contó en torno a la iniciativa.
En estos momentos se encuentra desempacando las cajas con alrededor de 40 piezas que componen el patrimonio de su padre. "Sigo recibiendo juguetes y muebles que la gente compró y quieren que sea parte de este museo. Ahora para el Día del Patrimonio (domingo) me han pedido que abra las puertas para que la gente conozca los que ha sido parte de la entretención de tres generaciones", dijo quien agradece el homenaje a su padre, que lo distingue con su nombre.
En la planta baja del inmueble familiar, se ubican además maquinarias que el fallecido Alejandro Brintrup, confeccionaba para hacer los juguetes como los tornos, las sierras, todo con fierros que conseguía en los campos de desechos de máquinas separadores de leche.
Esta afición nace del hobby de Brintrup, quien realizaba los juguetes para sus hijos, y luego por encargos de sus amigos que admiraban su prolijidad y armonía.
Alejandro Brintrup construía los juguetes y su esposa Gioconda, los pintaba.
La historia podrá ser conocida en profundidad por una de las herederas del patrimonio del último fabricante de juguetes de madera en la región.