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No fue poca la sorpresa del señor Pedro Aguirre Cerda cuanto al ingresar a su oficina encontró sobre el escritorio el decreto sin la firma del Presidente y con la siguiente nota: El Presidente le recuerda al señor Ministro que el compromiso era nombrar a la señorita Gabriela Mistral".
Para asumir en el cargo, la poetisa se embarcó el 8 de mayo junto a un grupo de profesoras, entre ellas su amiga Laura Rodig, en el vapor Chiloé, de la Línea de Navegación Braun y Blanchard, el que zarpó desde el puerto de Valparaíso. En el trayecto a Punta Arenas, el transporte recaló en Puerto Montt el 12 de mayo, para el respectivo desembarque y embarque de pasajeros, y retomó su viaje al día siguiente. El periódico La Alianza Liberal publicó, en su edición, del 14 de mayo: "Por el transporte Chiloé pasó para el sur la señorita Lucila Godoy, más conocida como Gabriela Mistral. Como se sabe la insigne poetisa va a hacerse cargo de la dirección del Liceo de Niñas de Punta Arenas y lleva la facultad de reorganizarlo".
El 19 de marzo de 1920 recibió un telegrama que la nombraba como directora del Liceo de Niñas de Temuco, donde tomó contacto con un joven poeta llamado Pablo Neruda.
Entre lago y volcán
La segunda ocasión que Mistral volvería a pisar el suelo de la Región de Los Lagos sería 20 años después, y fue la más extensa y prolífica en detalles de su travesía por las comunas de Puerto Montt, Osorno y Valdivia. La escritora gozaba por entonces de un gran reconocimiento internacional a su obra poética y luego de 14 años de vivir en el extranjero retornó a Chile en mayo de 1938 con destino final su natal Vicuña.
Ingresó desde San Carlos de Bariloche a territorio chileno por el paso de Pajaritos y se dirigió directamente hacia Valdivia, donde permaneció cerca de una semana alojada en el hotel Schuster, ubicado entre las calles Maipú con Yungay. Durante su estadía en la ciudad del Calle Calle sostuvo encuentros con alumnas del Liceo de Niñas, quienes le obsequiaron un ramo de copihues.
Fue entrevistada entonces por la prensa de El Correo de Valdivia, a quienes les habló de su más reciente publicación, su libro Tala, y además que sus derechos autorales los había donado a los niños huérfanos de la Guerra Civil Española. Sobre su sentimiento personal al visitar los parajes del sur, Gabriela Mistral comentó "estar feliz de sentir de nuevo el aire de la patria chilena, de mirar una geografía y un paisaje inédito a mis ojos. He acostumbrado en mi retina a recoger las bellezas más opuestas, la reverberación ardiente del sol en el desierto atacameño y la bruma amorotonada de los archipiélagos australes".
Desde Valdivia se movilizó a Puerto Montt y Osorno, donde se maravilló con la majestuosidad del volcán que lleva su nombre.
En un texto inédito a propósito de su poema Volcán Osorno, fechado el 1 de mayo de 1938, escribió: "Después de catorce años de ausencia, regresé a la patria, y escamoteando las alturas del Uspallata, entré por el Sur. Aunque tengo vivida la Patagonia, no conocía una parte del paisaje austral, el espejeo fantástico de aguas, volcanes nevados y cascadas, que corre de Cautín a Llanquihue", comentó en un texto mecanografiado.
Añadió sobre su experiencia: "El Volcán Osorno señorea sobre la ciudad de su nombre, con lo que viene a ser una curiosa persona cordillerana, tan liberal que alcanza su sombra a las calles urbanísimas de Osorno. Hasta los turistas comodones, incapaces de caminata y de repechos, disfrutan de él y lo miman con sus ojos, desde las terrazas de los hoteles". "El volcán, en el mes malo de mayo, me hizo esperar dos días. Yo me lo cortejé de hora en hora, hasta que soltó su casquete de borra y los algodones de su costado. Al tercer día, ya su cuerpo soltó como el gladiador, y lo recibí entero, desde sus raíces anchas de higuera hindú, hasta su agudeza de cristal último".
Su visita a Osorno dejó la mayor cantidad de registro, pues allí se dio el lujo de plantar un Canelo en la plaza de Armas, de lo cual hoy queda un homenaje escrito en bronce de su acto ecologista. También se dio tiempo para visitar a sus queridos alumnos, tan presentes en su poesía, del Liceo de Niñas y luego del Colegio Alemán de Osorno, acompañada de autoridades.
Promotora del sur
No sólo al volcán Osorno cortejó abiertamente Gabriela Mistral, sino que también al imponente Lago Llanquihue que riega sus faldas, con un poema que dedicó a Carmela Errázuriz.
Los poemas Volcán Osorno y Lago Llanquihue no fueron incluidos en libros. Algunos fueron publicados en El Mercurio y más tarde incorporados en Antologías o revistas. Gabriela Mistral los leería por primera vez el 24 de febrero de 1939 en el Palacio de la Unión Latinoamericana en Washington, Estados Unidos, durante la conferencia que dictó y denominó Geografía humana de Chile. De esta manera, la poetisa no sólo plasmó su emoción ante la majestuosidad del paisaje de esta región, sino que fue una verdadera embajadora y promotora de sus bellezas también fuera de Chile.
"La escuela de Gabriela Mistral es todo Chile, el gran pizarrón de Chile, y ella escribió ahí (…) Todo era un pizarrón para ella"
Nelson Navarro, Profesor, poeta y gestor cultural.
7 de abril de 1889 nació Lucila de María Godoy Alcayaga, en Vicuña, ciudad nortina situada en el Valle del Elqui, en la Región de Coquimbo.
1 de mayo de 1938, Gabriela Mistral escribió el poema Volcán Osorno, mientras ingresaba desde Argentina para luego visitar Valdivia, Osorno y Puerto Montt,.
10 de diciembre de 1945 recibió del Rey Gustavo V de Suecia el Premio Nobel de Literatura. Luego, en 1951, se le otorgó en Chile el Premio Nacional de Literatura.