Reforma de pensiones
Esta modificación ha dejado en evidencia que materias de este calibre no se deben ir postergando con los años.
Después de varios años de intentos que fueron fallidos por múltiples razones, el Congreso Nacional aprobó hace pocos días una reforma al sistema de pensiones que introduce cambios significativos en la estructura previsional del país. Ahora, la reforma deberá ser revisada por el Tribunal Constitucional y en marzo entrará en vigencia, con un período de implementación gradual de entre 9 y 11 años. Sin embargo, esta reforma ha generado críticas debido a que, tras años de inacción legislativa, ahora todos los chilenos tendrán que asumir las consecuencias de decisiones postergadas.
Este escenario pone de manifiesto la falta de actualizaciones y reformas oportunas en el pasado, lo que ha llevado a una situación en la que la carga de corregir el sistema recae ahora sobre toda la población. La ausencia de decisiones legislativas en momentos que eran clave ha resultado en una reforma que, aunque busca mejorar las pensiones, implica sacrificios significativos para prácticamente la totalidad de empleadores y trabajadores.
Según Danilo Leal, director del Magíster en Ingeniería Informática de la Universidad Andrés Bello, uno de los factores menos discutidos en el debate previsional ha sido la precarización del empleo y la falta de reformas laborales que garanticen mejores condiciones para los trabajadores. La proliferación de empleos informales, contratos a honorarios y la flexibilización laboral sin protección social han debilitado las pensiones de millones de chilenos. Mientras esto no se corrija con una modificación sustantiva, y además con un mayor crecimiento del país, es probable que en unos años comiencen a observarse grietas en la reforma aprobada.
Es imperativo que las autoridades y legisladores aprendan de esta experiencia y adopten una postura proactiva en la actualización de las políticas públicas, evitando que futuras generaciones enfrenten desafíos similares debido a la inacción o postergación de decisiones cruciales, con una mirada integral que vea la solución desde distintos puntos y no desde compartimentos estancos, que lo único que conlleva es a generar problemas a futuro. Una materia como las pensiones requiere miradas a corto, mediano y largo plazo para las correcciones que eventualmente se vayan necesitando.