Ciudad inteligente y creativa, visión de largo plazo
Adolfo Alvial,consultor , internacioal en acuicultura
Más del 50% de la población mundial vive en ciudades, y se estima que para 2050 este porcentaje alcanzará el 70%. Con este crecimiento, los desafíos para gestionar servicios esenciales como agua, luz, transporte y seguridad se multiplicarán, lo que pone de manifiesto la necesidad de desarrollar ciudades inteligentes. No se trata sólo de incorporar más tecnología, sino de utilizarla estratégicamente para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Estas ciudades emplean datos y tecnologías avanzadas para resolver problemas urbanos, como la gestión del tráfico, la monitorización de la contaminación y la prevención de riesgos naturales.
Puerto Varas, una ciudad con una marcada vocación turística, enfrenta una creciente inmigración que desafía su infraestructura y servicios. Por ello, es necesario que la comuna y sus autoridades adopten una visión de largo plazo que trascienda los planes cortoplacistas. Convertirse en una ciudad inteligente no es sólo una opción, es una urgencia para enfrentar de manera efectiva estos retos.
Paralelamente, Puerto Varas es también un epicentro de creatividad y encuentro para artistas, diseñadores e innovadores, lo que le otorga un carácter dinámico y vibrante. Las ciudades creativas se definen por su capacidad para integrar la cultura y la innovación en la vida cotidiana, convirtiendo estas cualidades en motores fundamentales de su desarrollo económico, social y cultural. Pero, ¿cómo se logra este equilibrio entre tecnología y creatividad? Las ciudades creativas no sólo atraen y retienen talento, sino que también generan oportunidades laborales en industrias creativas y promueven la inclusión social a través de la cultura. Desde la música y el arte, hasta la gastronomía, el diseño, el cine y la tecnología. Una ciudad creativa ofrece un abanico de actividades que permite a sus ciudadanos expresarse y participar activamente en la construcción de una sociedad más diversa y enriquecedora.
Este enfoque se ve respaldado por la Red de Ciudades Creativas de la Unesco que reconoce a aquellas ciudades que integran la creatividad como un factor de desarrollo sostenible. Formar parte de esta red no sólo confiere un reconocimiento global, sino que también abre puertas a colaboraciones internacionales, intercambio de conocimientos y acceso a recursos clave para el desarrollo local.
Ser reconocida como una ciudad creativa no es un mero título honorífico; es una fuente de beneficios tangibles. Desde el incremento del turismo cultural que dinamiza la economía local, hasta el fomento del orgullo ciudadano y la mejora de la calidad de vida mediante la promoción de espacios culturales. La creatividad se convierte en un elemento transformador.
En definitiva, una ciudad creativa e inteligente es aquella que logra entrelazar cultura, innovación y participación ciudadana, creando un entorno vibrante, inclusivo y sostenible. Es una comunidad que no teme reinventarse, que experimenta con nuevas ideas y que valora el poder transformador de la creatividad y de la innovación en todos los aspectos de la vida urbana.