Alcaraz remonta frente a Zverev y se queda con su primer Roland Garros
TENIS. El español se sobrepuso al 2-1 transitorio y con 21 años ganó el tercer Grand Slam de su carrera. Ahora recuperó el segundo puesto del ránking.
El español Carlos Alcaraz consiguió su primera corona en Roland Garros y su tercer Grand Slam, tras remontar en la final contra el alemán Alexander Zverev, a quien venció por 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2 en 4 horas y 19 minutos.
El tenista de 21 años, que gracias a esta victoria ascendió al número 2 del mundo, se convirtió en el segundo vencedor más joven de este certamen, por detrás de Rafael Nadal, los dos únicos que han ganado el torneo antes de cumplir 22.
A Zverev le faltó algo de aliento para imponerse en la final y rematar su extraordinaria racha de doce victorias consecutivas que inició en el pasado torneo de Roma, donde sumó su sexto Masters 1.000.
Pero esta derrota dejará huella en la mente del alemán, por cómo se produjo y por el escenario, el mismo en el que en unos meses buscará renovar su oro olímpico.
Alcaraz llegaba de una batalla sin piedad contra el italiano Jannik Sinner, ahora número 1 del mundo, de la que salió victorioso por fe y constancia y que no parecía querer otro sufrimiento.
El duelo comenzó mirando al servicio del germano, que empezó con dos dobles faltas consecutivas y que marcó el ritmo de los primeros compases. Zverev no se bajaba de los 200 km por hora, pero Alcaraz consiguió contrarrestar el saque, minimizando la principal arma de su adversario.
Se intercambiaron quiebres de salida, pero el juego del español fue ganando en volumen, en variedad, tirando de su abanico de golpes que pusieron a prueba la atención del alemán, que no tiene la mejor arrancada del circuito y tuvo que esforzarse para mantenerse en juego.
Ajustó cosas el germano para el segundo asalto, en el que el español tuvo la desconexión de siempre.
Zverev estaba más atento, dominaba más los intercambios apoyado en un 83% de primeros servicios, un tormento para Alcaraz, que, en el filo de la navaja, empezó a fallar más. El duelo tomó otra dimensión, con el español a la deriva, obligado a dar un toque de timón.
Incrementó la presión el español, varió el juego para hacer correr a su rival y logró meter un grano de arena en la maquinaria germana, para colocarse 5-2 y servicio a favor para hacerse con la tercera manga.
Pero le tembló el pulso en el momento clave, otro despiste que le costó cinco juegos seguidos y el tercer set, lo que lo puso contra las cuerdas.
"ha sido un gran viaje"
La reacción fue inmediata. Alcaraz recuperó su potencia, sorprendió al alemán, que, cuando se quiso dar cuenta, había cedido cuatro juegos. El español fue atendido por el fisio, pero solo fue un susto pasajero.
El partido estaba abocado a ser la décima final de Roland Garros que se resolvía en cinco sets, el epílogo normal entre dos supervivientes: Alcaraz había superado a cinco en semifinales a Sinner y de los once partidos que había jugado a cinco en toda su carrera, solo había perdido uno. Zverev se apuntó dos en este torneo y en total, diez de once en Roland Garros.
El factor físico empezó a jugar su papel y el alemán había llegado a la final con 19 horas y media de tenis en las pistas, el máximo tiempo necesitado por un tenista para alcanzar la final desde que hay datos.
Alcaraz rompió el servicio de Zverev en el tercer juego y aguantó hasta cuatro pelotas del alemán para recuperarlo en el siguiente, una de ellas muy protestada por el germano. Ese fue el punto de quiebre, del que se aferró el español y con el que consiguió levantar su primer trofeo de Roland Garros en su carrera.
"Ha sido un gran viaje, desde el primer día hasta el último", afirmó el vencedor.